Salud laboral

La recuperación económica esquilma los beneficios de las mutuas de trabajo

Las empresas del sector alerta de que el número de días perdidos por trabajadores de baja se han doblado en los últimos cinco años

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Gabriel Ubieto

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La recuperación económica y del empleo en España está siendo el ocaso de los beneficios en las cuentas de las mutuas colaboradoras de trabajo. Así lo constatan los números esgrimidos este miércoles en la junta anual de accionistas de Asepeyo, una de las entidades con mayor peso en el sector y que constatan que el número de días perdidos por una baja por enfermedad se han doblado en los últimos cinco años y la duración media de las mismas ha aumentado en el mismo periodo el 16,8%.

Que la economía vaya a mejor y sus cuentas de resultados a peor (sin llegar por ello a perder) lo explica el director gerente de Asepeyo, Vicente Aparicio, por dos factores. Por un lado, considera que la actual fase expansiva del mercado de trabajo es un contexto más proclive para que los trabajadores vayan al médico. Así como los momentos de recesión económica y el reciente cambio de normativa laboral, que facilitaba el despido, desincentivaban solicitar la baja. Y, por otro lado, Juncadella señala el incremento de las incapacidades temporales como un síntoma de los recortes en la sanidad pública, que han alargado las listas de espera; lo que a su vez agrava y cronifica ciertas patologías.

En una jornada de presentación de los balances anuales de varias mutuas, los resultados dan fe de ese decaimiento de los beneficios empresariales. En el caso de Asepeyo, sus excedentes acumulan cuatro ejercicios consecutivos de desaceleración. El pasado 2018 logró un beneficio de 73,3 millones de euros, de los que 58,3 millones deberán ingresarlos en la Tesorería de la Seguridad Social. En el 2014, su mejor registro en el último lustro, lograron un excedente de 217,6 millones de euros, de los que aportaron al erario público un total de 176,5 millones.

Mejor comportamiento revelaron otras mutuas que también han presentado resultados este miércoles. Mutua Universal obtuvo en el 2018 un beneficio de 44 millones de euros, de los que 27,6 millones irán a la Seguridad Social. Una cifra que mejora el ejercicio del 2017, pero que queda lejos de los 75,5 millones de excedente que registró en el 2011. Mismo patrón siguió Activa Mutua, que también hizo público su balance con un excedente de gestión de 16,1 millones de euros, el doble que en el ejercicio de anterior, aunque también lejos de los 27,8 millones del 2011.   

Enfermedades comunes disparadas

La partida de las contingencias comunes, aquellas que cubren la indisponibilidad del trabajador por una enfermedad común o un accidente no laboral, son el gran agujero. En las cuentas de Asepeyo de este 2018, mientras en las contingencias profesionales (+197,8 millones de euros) y en el cese de actividad de autónomos (similar al subsidio de paro, +14,2 millones), obtuvo beneficios, en las contingencias comunes los números fueron rojos (-138,6 millones).

Una tendencia prácticamente unánime en el sector, pues según cifras de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), 17 de las 19 entidades registran pérdidas en esta partida. En total acumulan hasta 1.001 millones de euros en negativo en todo el sector; consecuencia de cinco ejercicios consecutivos de empeorar resultados y desde el 2015 con pérdidas.

El sistema según el que operan las mutuas colaboradoras se basa en una asignación que el Ministerio de Trabajo les concede a principios de año en función de la estimación de gasto que les supondrá la cobertura del número de trabajadores que atienden. Actualmente, según explican desde Asepeyo, dicho porcentaje equivale al 5% de las cotizaciones de los trabajadores. Y, pese a mantenerse en el cómputo global en beneficios desde hace más de una década, las mutuas piden más recursos a la Seguridad Social. "La fracción de la cuota que nos da el Ministerio es insuficiente", ha considerado Aparicio.

El paro de autónomos no funciona

Una de las críticas recurrentes desde las asociaciones de trabajadores por cuenta propia es el mal funcionamiento del mecanismo de cese de actividad de trabajadores autónomos (CETA). El propio Gobierno lo reconoció durante las negociaciones de la reforma de las condiciones del colectivo aprobada el pasado diciembre, que aumentó las cotizaciones obligatorias para el colectivo, pero dejó pendiente de despliegue normativo algunas de las protecciones contempladas.

Una de ellas fue esa reforma del CETA, principalmente por la vía de las condiciones de acceso. Desde Asepeyo han considerado que el exceso de carga burocrática les dificulta la aprobación de muchos de esos subsidios; mientras que desde algunas organizaciones de autónomos se ha apuntado a la falta de control por parte del Gobierno, que permite a las entidades pagadoras no efectuarlos. El denominador común es la sistemática cuenta positiva de resultados que acumulan las mutuas colaboradoras en este sentido.