CONSELL CATALÀ DE L'EMPRESA

Torra reune a patronal y sindicatos para reavivar el pacto industrial

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Eduardo López Alonso / Gabriel Ubieto

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El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, acompañado de la 'consellera' d'Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, presidieron este lunes un plenario del Consell Català de l’Empresa, algo que no sucedía desde el 2015. Sobre la mesa, el grado de cumplimiento presupuestario del 'Pacte Nacional per a la Indústria' y la propuesta de creación de una Oficina de Transformació de la Indústria de la Mobilitat. Pero el consenso sobre política industrial es una quimera en Catalunya. Los integrantes del Consell que han asistido, CCOO, Foment del Treball y Pimec comulgan con los objetivos pero muestran en mayor o menor medida escepticismo con las formas y los métodos. UGT ha sido el gran ausente, ya que ha declinado asistir por desavenencias con Chacón.

La falta de recursos, consecuencia de unos presupuestos prorrogados y falta de actividad legislativa, intenta ser disimulada por el Govern aprovechando el dinamismo natural de la economía catalana, que ha superado con buena nota las incertidumbres políticas derivadas de las tensiones tras el 1-O. El 'president' Torra ensalzó en su discurso los logros de la economía catalana y con aires pontificios se vanaglorió de "encontrar la oportunidad de estar durante dos horas hablando con los representantes de la economía productiva".

El objetivo del Govern expresado este lunes por Torra es dinamizar la industria para construir su proyecto independentista desde posiciones de crecimiento económico "pese a las enormes dificultades". Chacón consideró  imprescindible canalizar la acción política través de cuatro comisiones de trabajo para el análisis de la situación industrial. Las cuatro comisiones serán sobre innovación, internacionalización, ocupación e infraestructuras. 

"Crítica constructiva"

La reunión de este lunes se hizo a puerta cerrada y volvió a respirarse la posición crítica de los sindicatos ante el exceso de ruido y la escasez de recursos. "Es sintoma muy negativo que desde hace cuatro años no se reunía este plenario", consideró el secretario de Industria de CCOO, José Antonio Hernández. UGT fue más allá y declinó asistir a dicha reunión, debido a las recientes discrepancias con la 'consellera' Chacón, que se evidenciaron en las reuniones de la comisión de seguimiento. En la última reunión se informó del grado de ejecución del Pacte Nacional a los medios de comunicación antes que a los miembros de la comisión de seguimiento y eso encendió los ánimos sindicales. En el transfondo de esas tensiones están también las relaciones complejas en el seno del Govern (ERC-Pdcat) y entre la Conselleria de Treball y la de Empresa. 

Campaña del Govern

Pero en el encuentro de ayer predominó el respeto institucional a la crítica gracias a la presencia de Torra, que sirvió de bálsamo para las objeciones y como recurso de urgencia para alentar la campaña que pretende difundir el buen estado de la economía catalana y la idea de que los riesgos para el crecimiento están más en las políticas de Madrid que en las ansias independentistas del Govern.

Torra volvió a recordar la necesidad del corredor mediterráneo y la existencia de déficit fiscal como asignaturas pendientes. Pero aunque persisten las ganas de señalar desde el Govern a Madrid como centro de todos los males, lo cierto es que la Conselleria d'Empresa ha recibido ya suficientes 'inputs' para determinar que la crisis del automóvil que se avecina puede desestabilizar la economía catalana en su conjunto hasta niveles alarmantes. Para evitarlo serán necesarias políticas activas y recursos económicos notables. Y sindicatos y patronal ya advierten de que sin una reformulación de los presupuestos del Govern será difícil asumir los retos. Los actuales presupuestos fueron diseñados en el 2016, cuando la amenaza del coche eléctrico parecía solo un futurible lejano. 

Cumplimiento del plan

El cumplimiento presupuestario del Pacte Nacional per a la Indústria estaba en torno al 86,7% de los presupuestado, según el informe presentado por el Govern en mayo. El PNI había canalizado en el ecuador de su calendario 796 millones de euros, de los que 359 millones se destinaron a ayudas a la competitividad y ocupación. La energía más barata es uno de los puntos más demandados por la industria catalana y en el PNI se refleja el menor grado de ejecución de esa partida, infraestructuras y energía, de solo el 17,5% sobre el total presupuestado para cuatro años. Otra que no forma parte del gasto estructural y que también presenta una pobre materialización es la de cambio de modelo energético, hacia instrumentos más sostenibles, que únicamente está desplegada alrededor del 30%.

La primeras evaluaciones de los servicios técnicos del Govern apuntan a que el 35% de los puestos de trabajo tal y como los conocemos desaparecerán como consecuencia de los cambios técnológicos en un plazo de cinco años. Prevén que el saldo final será positivo, ya que aparecerán más nuevos empleos que los que desaparecerán, pero siempre que se implementen políticas activas dotadas de recursos. Por ejemplo, de los 300.000 empleos que concentra la industria catalana del automóvil al menos 100.000 están amenazados. El Consell Català d'Empresa debe encontrar soluciones para evitar que los cambios causen una crisis de mayor calado y destruyan completamente el tan alabado tejido industrial catalán.