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El Eurogrupo empieza a buscar candidato europeo para el FMI

La ministra de Economía, Nadia Calviño

La ministra de Economía, Nadia Calviño / DAVID CASTRO

Silvia Martinez

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El Eurogrupo quiere un candidato europeo de consenso para suplir el hueco que dejará Christine Lagarde al frente del Fondo Monetario Internacional. La nominación de la conservadora francesa, actual directora gerente del FMI, como candidata a sustituir al italiano Mario Draghi en la presidencia del Banco Central Europeo a partir del 1 de noviembre, dejará el puesto vacante y los ministros europeos quieren a uno de los suyos al frente de este organismo con sede en Washington.

“Desde el punto de vista español, y yo creo que desde el punto de vista de todos los Estados miembros, la prioridad es que el director gerente del FMI siga siendo un europeo”, ha asegurado la ministra española, Nadia Calviño a su llegada a la reunión de ministros de economía y finanzas de la Eurozona. “Lo que deseamos en Francia es que haya un candidato europeo que pueda sustituir a Christine Lagarde”, ha corroborado su colega francés, Bruno Le Maire

Los líderes europeos decidieron la semana pasada nominar a Lagarde, cuyo segundo mandato en el FMI no expiraba hasta mediados de 2021, para el puesto de mayor responsabilidad en el BCE en el marco del nuevo paquete de altos cargos. Los Veintiocho formalizarán en el Ecofin de este martes la decisión que, tras la consulta previa de rigor al órgano de gobierno del BCE y a la Eurocámara, aprobarán formalmente los líderes de la UE en la cumbre de mediados de octubre

Un candidato de consenso

Esta salida obligará a los gobiernos europeos a buscar repuesto para conservar la silla en cuestión. “Es un proceso que todavía no está abierto" pero el Eurogrupo está de acuerdo en "apoyar la idea de converger sobre un candidato europeo. Es importante ante las tensiones comerciales y geopolíticas que observamos hoy en día”, ha anunciado su presidente Màrio Centeno tras la reunión del Eurogrupo celebrada este lunes.

Le Maire coincide con el portugués. Lo importante es que la decisión sea “rápida” pero, sobre todo, que la Unión Europea pacte un candidato europeo único. “Deseo que no haya rivalidades. Hace falta que lleguemos a un consenso”, ha indicado sin apuntar a posibles candidatos. “Apoyaremos al candidato que tenga la experiencia y la solidez necesaria para dirigir el FMI” pero “será el presidente de la Republica quien dirá en el momento oportuno quien es el candidato que Francia apoya”, ha añadido.

Sin nombres todavía

Tampoco Calviño ha desvelado si España tiene algún candidato potencial en mente ni si ella misma podría estar interesada en el cargo. “No hemos empezado las discusiones ni siquiera de tipo informal, con lo cual me parece prematuro reflexionar sobre estos temas. La prioridad está clara y vamos a ver como se desarrollan las discusiones”, ha zanjado. ¿Están el italiano Madrio Draghi o el holandés Jeroen Dijsselbloem en las quinielas?. “Primero habría que ver la disponibilidad de Draghi y después ver si hay consenso” pero “es muy pronto para hablar de nombres”, se ha limitado a señala el ministro italiano, Giovanni Tría

Su colega holandés, el ministro Wopke Hoekstra, tampoco ha sido más explícito ante una eventual candidatura de su predecesor y ex presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. “Creo que hay muchos candidatos europeos excelentes. Así que hay muchas opciones. No voy a especular porque si menciono a alguno no voy a aumentar sus opciones de lograr el trabajo”, ha zanjado el holandés. “Si tenemos un buen candidato europeo puede que tengamos un buen candidato al FMI”, ha añadido Le Maire interrogado sobre las posibilidades del actual gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, que tiene la nacionalidad británica e irlandesa además de la canadiense.

Tradicionalmente, la gerencia del FMI ha estado en manos de un europeo mientras que la del Banco Mundial la ha ostentado un estadounidense. De hecho, esta última institución eligió en abril pasado a David Malpass como su nuevo presidente lo que significa, según fuentes diplomáticas, que no habría razón para no renovar a un europeo en el cargo.