PLAN DE CONTINGENCIA

El Port de BCN reacciona ante la menor exportación de coches

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Agustí Sala / Eduardo López Alonso

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Cuando puede haber problemas, mejor anticiparse. La caída de la producción de automóviles se deja notar ya en el puerto de Barcelona. En lo que va de año las exportaciones de vehículos desde la infraestructura catalana se han desplomado más del 10%.

La presidenta de Port de BarcelonaMercè Conesa, reconoce que la entidad ha diseñado ya un plan de contingencia para contrarrestar la caída de exportaciones, que se han equilibrado con las importaciones. Lo habitual era que las ventas al exterior fueran el 60% del tráfico portuario total en los últimos años. Pese a la caída de exportaciones, la facturación prevista de Port de Barcelona para este año será de unos 175 millones, frente a los 173 del año pasado.

«El volumen de tráfico de mercancías del puerto sigue aumentando aunque a un menor ritmo, pero uno de los tráficos que cae, y de manera preocupante, es el de automóviles. Es una caída superior al 10% y Port de Barcelona tiene una logística muy focalizada en el sector automovilístico, algo que nos preocupa», reconoce Conesa.

Alternativas

Pese a que el impacto inmediato en las cuentas de Port de Barcelona se va a amortiguar por los compromisos de cargas ya firmados, los técnicos ya han alertado de que la reducción de las exportaciones puede mantenerse en el tiempo y se deben buscar alternativas hasta el 2023, momento en el que se prevé una recuperación del tráfico portuario por la reorientacón de las plantas de Seat y Nissan a otros productos, como los coches eléctricos. 

El plan de contingencia en el que trabaja actualmente Port de Barcelona prevé que tanto Nissan como Seat sean capaces de diseñar nuevos vehículos exportables. Pero mientras eso se consigue se están explorando ya posibilidades de diversificación del negocio en la línea de buscar plantas de fabricación de automóviles de Alemania, Francia y el resto de Europa que estén interesadas en canalizar sus productos vía ferroviaria desde el puerto de Barcelona hacia Asia y el norte de África. 

La caída de las exportaciones de vehículos de más del 10% desde el puerto de Barcelona este año se suma a la registrada en los dos ejercicios anteriores. En el 2018 se exportaron 809.158 vehículos, frente a los 836.465 del 2017, lo que supuso una caída del 3,3%. En el 2016 se exportaron 916.179 vehículos, el máximo alcanzado. 

De los 2,81 millones de vehículos producidos en España en el 2018, fueron exportados 2,3 millones, el 82% del total. Las exportaciones suponían el año pasado el 60% del tráfico de Port de Barcelona. Este año llegarán con dificultades al 50%. Asia supone el 70% de las importaciones registradas en Port de Barcelona y el 40% de las exportaciones.

Los expertos coinciden en vaticinar que el tráfico marítimo continuará creciendo en los próximos años animado por un mundo cada vez más interconectado, en el que los centros de producción y los clientes requieren vías de estables de transporte. Los centros de producción se están trasladando a Asia, el tráfico interno de mercancías allí seguirá aumentando y el puerto de Barcelona es la puerta de acceso a un mercado de 400 millones de habitantes, la UE. 

La transformación del sector del automóvil lleva a pensar que se abren oportunidades logísticas paralelas. La idea es que los coches dejarán de transportarse finalizados y que se podrán transportar en piezas, en contenedores. Las plantas serán cada vez más ensambladoras y los procesos logísticos cambiarán. El Port analiza esta oportunidad y vislumbra un futuro en el que será posible aumentar aún más el tráfico de componentes de automoción con fábricas asiáticas, actualmente líderes por ejemplo en baterías para vehículos eléctricos. La exportación de vehículos del norte de Europa en contenedores es una oportunidad de negocio relevante.