Condiciones laborales

Sueldo, contrato...: Estas son las condiciones en las que trabaja un repartidor de Glovo

Los 'riders' de empresas como Glovo o Uber operan bajo el régimen de autónomos y ganan unos 3 o 4 euros netos por pedido, una vez descontados los gastos de Seguridad Social, móvil o medio de transporte

Repartidor de Glovo

Repartidor de Glovo / JORDI OTIX

Gabriel Ubieto

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Un 'rider' es como se conoce en la jerga del gremio a un repartidor que presta servicio de mensajero para empresas como GlovoUber EatsStuart Shargo. Oficialmente es un trabajador autónomo que vende sus servicios a estas compañías mediante un contrato de colaboración. Es decir, cobra por pedido entregado. Si bien esta relación laboral ha sido puesta en duda y censurada durante el último lustro por los tribunales españoles y la Inspección de Trabajo. Actualmente siguen su curso distintas investigaciones de la 'policía laboral' y firmas como Glovo acumulan más de 100 millones de euros en sanciones por seguir repartiendo con autónomos.

El método más habitual entre los 'riders' a la hora de prestar sus servicios es mediante bicicleta o, en su defecto, moto, aunque en su condición de autónomos son libres de escoger cualquier formato, desde un coche, una furgoneta o incluso ir a pie. Cobran por pedido entre cuatro y seis euros brutos en empresas como Glovo o Uber Eats, aunque de estos cabe descontar las cuotas a la Seguridad Social, que deben abonar ellos mismos cada mes, además del seguro privado que la mayoría de empresas les obliga a contratar. En los casos de Glovo y Uber, dicho seguro corre a cuenta de la compañía, según especifican desde las mismas.

Los repartidores se organizan laboralmente a través de una aplicación móvil; cuyo 'smartphone' también deben costearse ellos mismos, así como los datos necesarios para mantenerse conectados. Los 'colaboradores' se conectan a la aplicación y tratan de 'cazar' pedidos. Se ofrecen a repartirlos y marcan su propia tarifa, aunque esta está predefinida por la aplicación de Glovo o Uber. Y el algoritmo, en función de su cercanía al punto de recogida y entrega y de la tarifa que ofrece el 'rider', asigna a uno u otro el pedido.  

Económicamente dependientes

Glovo defiende que con el actual modelo de autónomos los 'riders' ganan más dinero que si fueran asalariados. Según datos facilitados por la empresa en 2019, un repartidor que dedica al día de media 5 horas y 28 minutos ingresa 1.274,64 euros al mes, computando como trabajado desde que se acepta el encargo hasta que se hace la entrega. Una estimación de los ingresos que no incorpora mantenimiento del vehículo, móvil o cuotas a la Seguridad Social. Según repartidores consultados, otras aplicaciones, como Uber, pagan unos cinco euros por pedido entregado.

Al ser trabajadores por cuenta propia, los repartidores no tienen la obligación de pedalear para la misma empresa y es práctica habitual entre el gremio estar dado de alta en más de una plataforma para cuando en una no encuentra pedidos, se pasa a la otra. En este sentido, los repartidores de, por ejemplo, Glovo no tienen la obligación de repartir con las mochilas distintivas de la marca y podrían hacerlo con cualquier recipiente que les permitiera repartir el paquete en condiciones óptimas. También podrían repartir un pedido de, por ejemplo, Stuart, con la mochila de una de la competencia.

Modelo en tela de juicio

Es en esa flexibilidad de horarios y métodos de trabajo en la que se apoyan las diferentes compañías –de las grandes, únicamente JustEat opera con trabajadores asalariados- para considerar autónomos a sus colaboradores. No obstante, existe actualmente una batalla legal entorno al modelo empresarial en el que se sustentan estas empresas, ya que Inspección de Trabajo ha fallado, hasta ahora, de manera unánime contra Glovo y Uber. El organismo ha considerado que en Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza, entre otras ciudades, su relación es más propia de un asalariado.

Todo ello no es baladí para las arcas de la Seguridad Social, puesto que las cotizaciones que paga un repartidor siendo autónomo son sensiblemente inferiores a las que pagaría un trabajador bajo el convenio colectivo de hostelería.