Un hotel con aspecto de apartamento

El edifico de viviendas de Mandarin Oriental en paseo de Gràcia pone a prueba si el mercado de lujo aún atrae a los inversores extranjeros

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Max Jiménez Botías

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El 'branded residence' se define como los desarrollos residenciales que forman parte o están adyacentes a un hotel con una marca. Los aspectos clave que rodean  el concepto son el enfoque hacia el diseño, las instalaciones de alto nivel y la arquitectura. En este sentido, los operadores diferencian sus propuestas al ofrecer distintas experiencias. Los hoteles y residencias W de Marriott International han sido pioneros en apuntar hacia el mercado para los millennials (y sus seguidores) y ofrecen restaurantes, bares y clubes nocturnos de famosos chefs, que atraen a visitantes y residentes locales por igual. Six Senses se centra en la salud y el bienestar. Las residencias de Orient Express de Accor ofrecerán una amplia oferta de entretenimiento en torno al "arte de viajar". Otra marca de Marriott International, Luxury Collection, enfatiza la ubicación y las características únicas de la propiedad en sí, explica la consultora inmoviliaria Savill.

El concepto, desarrollado en diferentes capitales con reclamo internacional, no resulta particularmente familiar en Barcelona, quizá porque hasta ahora ninguna cadena ha pesando en ello, hasta que Mandarin Oriental se ha propuesto chequear la experiencia a través de los lujosos apartamentos del antiguo edicio del Deutsche Bank de Barcelona, en paseo de Gràcia con Diagonal. Las 34 futuras viviendas --pertenecen al fondo KKH Capital Group, y este ha cedido su gestión a Madarin-- que ya se han empezado a comercializar, tendrán un estilo contemporáneo y proporcionarán vistas panorámicas de la ciudad. Los propietarios tendrán acceso a un club privado, una amplia variedad de espacios para reuniones y entretenimiento, un gimnasio y un spa. El edificio también contará con un espacio al aire libre con piscina, garaje privado y varias opciones gastronómicas de alta gama. Aunque no es contiguo al hotel Mandarín --tampoco está muy lejos, ya que se ubican en el mismo paseo de Grácia-- el grupo hotelero se ha propuesto dotar al inmuble del entorno que corresponde a un hotel de superlujo. La cuestión es si hay mercado en Barcelona para ese enfoque inmobiliario, en un momento en el que diversas fuentes del sector insiste en que se ha llegado al límite de lo que los inversores están dispuestos a pagar. 

Proyecto único

"No se puede pedir cualquier precio, pero este es un nivel que no se ha visto antes en España dentro de concepto 'branded residences', explica Stijn Teeuwen, socio fundador de Lucas Fox, la inmobiliaria especializada en el mercado español para extranjeros, que se encarga de la comercialización de los apartamentos de paseo de Gràcia. "Es un proyecto único y nuevo en este mercado por lo que hay que ver cómo va. Pero, de momento, el ritmo de ventas satisface a los promotores", agrega. El edifico estará listo para entrar a vivir a finales del 2020, "pero ya hemos vendido varios apartamentos", explica Teeuwen.

Para esta inmobiliaria el 'momentum' del sector en Barcelona ha cambiado. "La situación política provocó un parón en el mercado a finales del 2017 hasta mediados del 2018, pero luego, tras las elecciones la situación se calmó y los inversores extranjeros volvieron al mercado catalán y al mercado español", explica. Esa demanda potencia, que se complementa con la local, tambiém interesada en el segmento de lujo del mercado, "puede ser suficiente para cubrir la oferta. Vamos a ver",  señala Teeuwen.