sector financiero

El Santander pierde el recurso para frenar la venta de su sede

Un juzgado mercantil de Madrid estima que la firma de los hermanos Reuben es solvente

La sede central del Banco Santander, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.

La sede central del Banco Santander, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.

El Periódico

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Nuevo varapalo para el Santander en su intento de recomprar su sede madrileña. El juzgado de lo Mercantil número 9 de Madrid ha rechazado el recurso del banco contra la venta de su Ciudad Financiera en Boadilla del Monte (Madrid) a los hermanos británicos Simon y David Reuben. La entidad presidida por Ana Botín ha anunciado que estudia recurrir esta decisión.

El Santander vendió su sede a Marme Inversiones a principios del 2008 por 1.900 millones de euros con un acuerdo de alquiler de cuatro décadas por el que ahora paga 120 millones al año. La nueva propietaria del inmueble entró en concurso de acreedores en el 2014 y el administrador concursal acabó por sacar la sede a subasta. El pasado enero, Sorlinda, la firma española de los Reuben, ganó la puja.

Los hermanos británicos ofrecieron 283,73 millones, frente a los 232,2 millones propuestos por el Santander, lo que sumado a la deuda que había que asumir en ambos casos eleva la operación por encima de los 3.000 millones. El banco recurrió porque sostenía que la oferta ganadora no cubría todos los pasivos de la sociedad y porque entendía que los compradores no eran lo suficientemente solventes.

La mejor

El titular del juzgado de lo mercantil, sin embargo, ha confirmado que la propuesta de Sorlinda era la "mejor". Ya en enero había sostenido que los inversores británicos, que cuentan con el compromiso de JP Morgan de financiarles, aportaron "garantías suficientes para asegurar la ejecución de la oferta".

Los Reuben tienen ahora dos meses para abonar los 3.023 millones prometidos pero el banco va a seguir intentando evitar la compra. La adquisición de su propia sede le permitiría ahorrarse el pago del alquiler, pero sobre todo es importante por la entrada en vigor en enero de una nueva normativa contable que penaliza la venta y arrendamiento de inmuebles por parte de las entidades.