Estudio

Catalunya y Madrid, dos formas de crecer

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Agustí Sala

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A pesar de la fuga de sedes sociales, no de las instalaciones productivas, tras el referéndum del 1-O en el 2017 y la incertidumbreCatalunya retuvo el año pasado el primer puesto en la economía española, al significar el 19,1% del total, frente al 19% de la Comunidad de Madrid, su inmediata perseguidora.

El 'sorpasso' no ha llegado a producirsesorpasso como en el 2012, aunque podría darse este mismo año o el que viene, a lo sumo, según los expertos. La Comunidad de Madrid fue la que más creció el año pasado, con el 3,7%, por encima de la media española (2,6%) y de la catalana (2,3%), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además es una tendencia consolidada, ya que en el periodo 2000-2017 Madrid creció una media del 4% y Catalunya, del 3%, si bien la mayor diferencia se produjo en los años de crisis, con un descenso acumulado medio del 0,5% en la primera y del 1,6%, en la segunda.  

Pero en todo caso el problema no es tanto el volumen o tamaño como de distribución. No es tanto una cuestión de cantidad de crecimiento como de calidad del mismo y su reparto distribución, según un estudio elaborado por le servicio de estudios de la Cambra de Comerç de Barcelona, que analiza los últimos 17 años.

El análisis, dirigido por el jef del gabinete de la institución, Joan Ramon Rovira, revela que en lo que va del siglo XXI, "Catalunya ha crecido más que los principales países europeo en PIB y empleo, pero este mejor comportamiento relativo no se ha traducido suficientemente en una mejora del bienestar de las personas".

Según el estudio de la Cambra, "la disociación entre las cantidades (PIB, población, empleo) y la calidad (PIB y renta familiar bruta disponible per cápita) del crecimiento refleja un modelo económico más extensivo -que crea, destruye y vuelve a crear puestos de trabajo a tasas comparativamente muy elevadas- que intensivo -impulsado principalmente para la mejora de la eficiencia productiva mediante la inversión sostenida en capital humano y tecnológico".

Al final, asegura Rovira, "es mucho más importante la calidad. Es mejor que crezca el PIB per cápita. En la comunidad de Madrid este crece de manera constante y desde hace años". Hoy, en Comunidad de Madrid se mantiene como el más elevado, con 34.916 euros por habitante en el 2018 y el 35,1% por encima de la media española. Catalunya fue la cuarta el año pasado, con 30.769 euros y el 19% por encima de la media.

Productividad

Un elemento que explica esta evolución es la productividad que, en la economía catalana, ha crecido de forma muy similar a la media de la zona del euro, de manera que no se ha avanzado en convergencia con Europa. Además, una buena parte del aumento se debe a la incorporación de tecnología e inversión en bienes de equipo por parte de las empresas, pero muy especialmente "a la fuerte reestructuración del tejido empresarial, con la destrucción de empleo como consecuencia de la crisis".    

El PIB catalán mantuvo una tendencia alcista en la fase de recuperación de la crisis, entre el 2014 y el 2017 mientras que entre el 2000 y el 2017, el PIB per cápita (medido a precios constantes) creció por debajo de la media europea y la renta familiar bruta disponible (RFBD) por habitante, es decir, el dinero efectivo que tiene los hogares para gastar y ahorrar (deflactada por tener en cuenta el impacto de los precios en el poder adquisitivo de las familias) se encuentra estancada en niveles del año 2000.

Como en el 2000

La evolución de PIB per cápita en Catalunya ha seguido una trayectoria alcista entre el 2000 (100) y el 2009 (108,1), pero con la crisis cayó rápidamente hasta alcanzar un mínimo de 93,7 en el 2013. A partir del 2014, la renta disponible familiar per cápita (deflactada) ha vuelto a aumentar (98,4 en 2016), pero sin  recuperar aún los niveles del año 2000. Para el conjunto de la economía española este indicador muestra una perfil de evolución similar, pero con fluctuaciones al alza y a la baja menos acusadas. La economía de Madrid, en cambio, muestra una evolución creciente de este indicador hasta el 2011, una caída suave en años posteriores y una recuperación al final del periodo, superando en el 2016 (105,5) los niveles del 2000.

Catalunya repite una pauta a lo largo de los años: una mayor volatilidad cíclica que hace que crezca con más fuerza que Europa durante la fases expansivas y caiga más durante la recesivas. En el horizonte 2030, debe aspirar a seguir creciendo por encima de la media europea, pero también "a crecer mejor, siguiendo un patrón de crecimiento más equilibrado, inclusivo y sostenible", según los autores.