estado del bienestar

Catalanes, más presión fiscal y menos prestaciones

Un estudio de la Cambra de Comerç revela un volumen de apoyos públicos "sistemáticamente inferior a la media española"

Oficinas de la Agencia Tributaria en la plaza de Letamendi de Barcelona.

Oficinas de la Agencia Tributaria en la plaza de Letamendi de Barcelona.

Agustí Sala

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Las familias catalanas soportan una mayor presión fiscal que media española, pero reciben un volumen de prestaciones y transferencias sociales per cápita "sistemáticamente inferior a la media española", según el estudio  'L’economia catalana al segle XXI. Balanç (2000-2017) i perspectives (2030)', de la Cambra de Comerç de Barcelona.

A juicio de Joan Ramon Rovira, director del estudio y jefe del gabinete de la institución, que los catalanes paguen más que la media "es normal" porque son una comunidad rica. Además, tributos como el IRPF tienen unos tipos más elevados en Catalunya para el tramo autonómico que otras comunidades, como la de Madrid.

Lo que, según Rovira, es menos comprensible es que los catalanes reciban menos, aunque podría deberse a que hay menos paro y, por tanto, hay que pagar menos subsidios; a que haya menos jubilados porque la población es más joven, etcétera.

El informe constata que junto con las cuestiones de equidad intra e intergeneracional existe un problema de "déficit de financiación que representa un obstáculo persistente para el dinamismo de la economía catalana y que se pone de manifiesto en el hecho de registrar niveles de gasto público por habitante sistemáticamente inferiores a la media española". 

El mismo estudio revela "la resiliencia" de las empresas en Catalunya. Según Rovira, muchas compañías medianas han pasado a ser de mayor dimensión durante la fase de recuperación. A su vez ganan peso los sectores con un mayor valor añadido bruto por ocupado, como la industria manufacturera y los servicios más intensivos en capital (humano, tecnológico y financiero).

A su vez se detecta que ha reducido significativamente el endeudamiento del sector privado, y se produce una incipiente diversificación de las fuentes de financiación -incluyendo el capital riesgo-. De todas formas, el mercado de trabajo mantiene niveles de paro y temporalidad excesivamente elevados en comparación con Europa, lo que pone de manifiesto la persistencia de importantes disfunciones en el funcionamiento de este mercado.