Cómo la Inteligencia Artificial te ayuda a recuperar tus cinco sentidos

Hace más de una década que el INE no realiza su encuesta sobre discapacidades, autonomía personal y situaciones de dependencia, pero en la última edición, publicada en 2008, se estimaba que había en España 3,84 millones de personas con discapacidad en nuestro país. Un 39,3% estaba afectada en alguna estructura o función corporal, un 23,8% del oído, un 21% de la vista y un 19% a nivel mental.

Aunque los datos no estén actualizados, lo que sí se está actualizando es la tecnología. Las últimas innovaciones están permitiendo que se desarrollen herramientas más accesibles y que se dote de accesibilidad a aquellas que ya existían. Los avances en la Inteligencia Artificial y su penetración en todo tipo de dispositivos juegan bastante a su favor.

La Inteligencia Artificial se teñirá de humanidad: definiendo valores y principios

“En realidad no somos conscientes de lo que supone para personas con discapacidad la tecnología. No es una opción, se convierte en su aliado imprescindible, una característica funcional de la persona”, explica para BYZness José María Fernández, técnico de accesibilidad en la Universidad de Alicante y desarrollador de varias aplicaciones móviles para mejorar la integración de personas con discapacidad.

“En cuanto a la IA en particular, permite que una persona ciega pueda tener una idea de qué contiene una fotografía, saber si las luces de su casa están encendidas, reconocer colores o monedas y billetes. O que una persona sorda pueda seguir una conversación leyendo el texto transcrito en una app reconocido de la voz de las personas”, cuenta Fernández.

Convertir los sonidos en alertas visuales

Visualfy es una startup que crea soluciones para personas sordas o con discapacidad auditiva basándose en la IA. En concreto, han diseñado un sistema de reconocimiento de sonidos que usa deep learning. Su tecnología tiene tres detectores repartidos por diferentes estancias de la casa y un hub principal. Cuando los detectores identifican algún sonido lo envían al hub y allí un algoritmo de IA lo procesa y detecta qué es. Al final el usuario recibe una notificación en su smartphone con distintas claves: una campana y una luz verde si llaman a la puerta, un chupete y luz amarilla si llora el bebé o una llama en rojo si suena la alarma de incendios.

“La inteligencia artificial nos brinda cada vez más oportunidades para derribar las barreras de accesibilidad a las que se enfrentan las personas con discapacidad. La tecnología de reconocimiento facial, la traducción de lengua oral a texto e incluso el reconocimiento de sonidos están facilitando el desarrollo de soluciones que favorezcan la accesibilidad en el día a día de las personas con discapacidad, en materia de comunicación en su entorno e incluso en sus puestos de trabajo”, subraya el CEO de Visualfy, Manel Alcaide.

Para García “el reconocimiento de imágenes y la interpretación de las mismas y el reconocimiento de la voz y el procesamiento del lenguaje humano” son los principales hitos de la IA que habrían transformado radicalmente el desarrollo de tecnologías accesibles en los últimos años.

¿Cómo diseñar una tecnología accesible?

El pasado mes de marzo el Parlamento de la UE aprobó la nueva ley europea de accesibilidad que fija los requisitos para hacer más accesibles algunos bienes y servicios, entre los que se incluyen sistemas operativos y ordenadores, smartphones, tablets y televisores, comercio electrónico, cajeros y máquinas expendedoras, servicios bancarios de consumo, así como servicios de información en tiempo real y de transportes. No obstante, no se habla de soluciones técnicas en concreto. Pero, ¿Cómo crear o adaptar estas herramientas para personas con discapacidad?

Desde Visualfy están convencidos de que para diseñar y testear una tecnología accesible para personas con algún tipo discapacidad éstas deben estar integradas en toda la cadena de valor. “Desde el primer minuto teníamos muy claro que un producto para personas sordas no se puede hacer sin personas sordas”, explica Alcaide.

En su caso tienen inversores sordos, son un equipo multidisciplinar de sordos y oyentes y cuentan con trabajadores sordos para la atención al cliente. “Que la solución sea creada y testada por las mismas personas con discapacidad es esencial, así como que se utilicen metodologías centradas en el usuario en las que se recoge su feedback y se utiliza para la mejora de los productos y servicios”, defiende la startup.

José María Fernández también defiende que lo primero es validar la utilidad de una solución con los usuarios finales de una herramienta para comprobar si realmente se sienten cómodos usándola. Además, apoya el tener en cuenta los principios del Diseño Universal para desarrollar cualquier producto o servicio digital, así como conocer las herramientas que usan las personas con algún tipo de capacidad para integrarlas en dichas soluciones.

Otros dos avances clave

La IA ha supuesto grandes avances para la mejora de la accesibilidad, pero también hay otras innovaciones que pueden marcar un punto y aparte. El técnico de la Universidad de Alicante menciona el blockchain, ya que hará que “hará que cada vez más transacciones sean digitales y no físicas, por lo que esos datos estarán de forma accesible para todas las personas”.

No obstante, Fernández opina que la tecnología más importante para la accesibilidad será el 5G. “Piensa en unas gafas que una persona sorda porte en las que la aparezca en texto lo que la persona que tiene delante le está hablando. Y qué él, mediante gestos y una síntesis de voz, pueda contestar automáticamente”, vislumbra. “O que una persona ciega pueda saber en qué calle está, qué comercios tiene alrededor y las instrucciones que debe seguir hasta llegar a ellos. ¡Es excitante, es increíble! Marcará un antes y un después en la sociedad”, concluye.