audiencia nacional

Goirigolzarri justifica las cuentas de Rato en Bankia pese a haberlas reformulado

El presidente del Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.

El presidente del Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. / periodico

P. Allendesalazar

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José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia desde que el Gobierno de Rajoy forzó la salida de Rodrigo Rato en mayo del 2012, ha defendido este miércoles su gestión en los convulsos meses posteriores a su toma de posesión, pero al mismo tiempo ha avalado indirectamente que su antecesor y su equipo no cometieron ningún delito. El ejecutivo ha comparecido en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional como testigo y por lo tanto con la obligación de decir la verdad, pero su entidad está acusada de estafa a los inversores por su salida a bolsa en julio del 2011.

La clave del interrogatorio ha sido la reformulación de las cuentas anuales del banco del 2011 que aprobó poco después de acceder al cargo. Rato había anunciado unos beneficios de 309 millones de euros sin contar con el preceptivo informe del auditor, que tras la llegada de Goirigolzarri, y ya con el visto bueno de Deloitte, se transformaron en unas pérdidas de 3.030 millones. El ejecutivo lo ha achacado a "asuntos sobrevenidos y ajenos a la salida a bolsa". Es decir, ha negado que hubiera falsedad contable en dicha operación y posteriormente, para alivio de los 34 acusados y contrariedad de la fiscal Carmen Launa.

Cambio extraordinario

El banquero ha defendido que el cambio en las cuentas se debió al "extraordinario crash" que sufrió la economía en pocos meses, "con un impacto sobre todo el mercado inmobiliario", al que el banco estaba muy expuesto. Las cuentas de Rato, en su opinión, estaban formuladas con datos de febrero, pese a cerrarse en marzo, y entre esos dos meses se produjo un "cambio extraordinario del contexto económico". Los bancos, ha recordado, cayeron en bolsa un 40% en los primeros meses del 2012, particularmente en marzo, algo que era "prudente y lógico" reflejar: "Cuando uno formula cuentas, hay que valorar los activos con la última información que tiene".

Goirigolzarri, en esta línea, ha negado que el Banco de España o el ministro de Economía, Luis de Guindos, le impusieran reformular las cuentas o pedir la nacionalización. También ha rechazado que pidiese la dimisión a todos los consejeros de Bankia y de su matriz BFA porque sospechase que hubieran cometido ninguna ilegalidad: "Era un tema de confianza, no de irregularidades" y se trataba de comenzar una "etapa nueva" a ojos de los clientes y del mercado. La fiscal le ha llegado a preguntar si estaba tratando de suavizar la responsabilidad de dichos consejeros y de los cesados exdirectivos Ildefonso Sánchez-Barcoj y Miguel Ángel Soria, hoy acusados en su mayoría, pero el ejecutivo lo ha negado rotundamente.

Ayuda del Banco de España

El ejecutivo, asimismo, ha asegurado que el Banco de España "ayudó mucho" a reformular las cuentas y elaborar su plan de recapitalización de Bankia, pero no "aportando información" sobre el banco, sino "desde el punto de vista de criterio" contable. De esta forma ha querido desautorizar a los inspectores del supervisor que ejercieron de peritos del juez instructor del caso, que aseguraron que las cuentas de Goirigolzarri tampoco reflejaron la situación real de la entidad, y también las críticas de Jerónimo Martínez Tello, exdirector de supervisión del organismo, que ha defendido que al banco le hubieran bastado con unas ayudas de 13.000 millones, frente a los 19.000 millones que pidió y los 18.000 millones que recibió finalmente.  

Asimismo, ha confirmado que Rato trató de ficharle tres veces: en el 2011 le ofreció ser consejero de Bankia y en el 2012 le propuso ser su consejero delegado unas semanas antes de plantearle el 7 de mayo que le sustituyese como presidente. También ha insistido en que exigió un "mandato claro e independiente, sin injerencias políticas" y que tanto Guindos como sus sucesores Román Escolano (PP) y Nadia Calviño (PSOE) lo han respetado. Habló con Guindos, ha reconocido, pero solo después de que Rato le ofreciese su cargo en una "breve" conversación. No hacía falta hablar más con el hoy acusado: "Éramos conocedores de la situación".