Deutsche Bank y Commerzbank aceleran las conversaciones para una fusión

Era un secreto a voces pero desde este domingo ya es oficial. ElDeutsche Bankha iniciado las conversaciones con elCommerzbanksobre una posible fusión que podría engendrar el mayor banco deAlemania. Así lo han confirmado ambas entidades en dos comunicados donde han remarcado que “no hay certeza de que ocurra una transacción”.

Tras meses de especulaciones, rumores y filtraciones, la junta directiva de los dosgigantes de la banca privadahan acordado la puesta en marcha de las negociaciones. Más allá de los dos escuetos mensajes los portavoces oficiales de los dos institutos financiero no han profundizado en más detalles. Sin embargo, la prensa alemana señala que podría haber distintas posiciones frente a una posible fusión, algo que dificultaría las conversaciones. La semana pasada, el consejero delegado del DB,Christian Sewingy el de Commerzbank,Martin Zielke, se reunieron junto a un pequeño círculo para empezar a debatir el caso.

De prosperar, la fusión supondría la creación de un gigante con aproximadamente 38 millones de clientes privados y corporativos, alrededor de 140.000 empleados y un balance general de casi dos billones de euros. El banco saliente sería la tercera entidad más poderosa del continente por detrás del británicoHSBCy del francésBNP Paribas. El próximo jueves los consejos de supervisión de ambos bancos se reunirán para empezar a negociar. Se espera que, como muy tarde, en Pascua ya se sepa si las negociaciones formales serán una realidad.

Oposición mayúscula

La posible fusión entre los dos mayores bancos privados del país gusta al gobierno, especialmente al ministro de Finanzas alemán, el socialdemócrataOlaf Scholz, y a su secretario de Estado,Jörg Kukies, el exjefe deGoldman Sachsen Alemania, quienes han impulsado el acercamiento para una negociación.

Pero más allá del ministerio la oposición a esa hipotética transacción es mayúscula entra la población. Una última encuesta señala que hasta un 49,5% de los alemanes está en contra de una fusión que tan solo apoya el 25%. Incluso entre los conservadores deAngela Merkel(CDU/CSU) y los liberales (FDP), los más abiertos a la unión, la mayoría de sus votantes la rechaza. Esa oposición también se debe al miedo de que, ante una nueva crisis, los contribuyentes vuelvan a pagar los platos rotos de una megainstitución que es demasiado grande como para dejar caer. Ese temor se alimenta con el mal estado del DB, que en 2017 un beneficio neto de 692 millones de euros, una caída del 58%.

A las dudas de los accionistas clave de ambos bancos, que no están convencidos de que una fusión tenga sentido, se suma la protesta de lossindicatos, que ven en la unión la amenaza de hasta 30.000 despidos que afectarían a los trabajadores. El DB ya anunció el año pasado un plan de reducción de costes y la supresión de más de 7.000 puestos de trabajo. Los representantes sindicales de ambas entidades ya han avanzado que votarán en contra del proyecto en la discusión con los consejos de supervisión.

DEUTSCHE EN LA PICOTA

El hecho de que esa fusión parezca cada vez más posible se debe a la miserable situación del Deutsche Bank. En la última década, su involucración enfraudes financierostitánicos como ‘Los Papeles de Panamá’, los ‘Cum-Ex’ y, ahora, la ‘Lavandería Troika’ le ha costado hasta 17.000 millones de euros en multas y acuerdos judiciales. El verano pasado evidenció su debilidad al no superar los test de estrés de la Reserva Federal estadounidense, una nueva señal de preocupación.

Todo ello, como señala ‘Der Spiegel’, “ha llevado al que en su día fue considerado como el mayor banco del mundo” a ser amenazado con “desaparecer en la insignificancia”. Aunque el valor bursátil de Deutsche Bank es casi el doble que el del Commerzbank, tras el estallido de lacrisis financieray su implicación en el manejo deproductos tóxicosllevó al gobierno federal a tomar medidas y adquirir hasta un 15% de sus acciones.