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Unicaja y Liberbank cerrarán su fusión en octubre o noviembre

Sucursal principal de Liberbank en la ciudad de Oviedo

Sucursal principal de Liberbank en la ciudad de Oviedo / periodico

Pablo Allendesalazar

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Tras el reciente fracasado intento de la gallega Abanca de hacerse con Liberbank, la entidad de origen asturiano y la malagueña Unicaja Banco continúan con las negociaciones para fusionarse que anunciaron el pasado diciembre. Las dos instituciones prevén que su unión efectiva se produzca "en octubre o noviembre", según fuentes financieras al tanto de las conversaciones. La integración del undécimo y el octavo banco español, respectivamente, dará lugar a la sexta entidad financiera del país por activos (unos 96.700 millones de euros), con una cuota de mercado de en torno al 4%.

El proceso está avanzando más lento de lo previsto inicialmente, y no particularmente por la intentona de que descarrilase impulsada por el banco gallego controlado por el venezolano Juan Carlos Escotet. Las fuentes aseguran que no ha habido por el momento grandes diferencias, pero destacan que Unicaja ha sido tradicionalmente muy prudente en este tipo de operaciones, como demuestra la lentísima compra y absorción de la castellano-leonesa Caja España Duero, y que Liberbank ha aprendido de pasadas experiencias negativas, como sus fracasados proyectos de fusión con la alicantina CAM en el 2011 y la aragonesa Ibercaja en el 2012.

Las dos entidades están a la espera de que las firmas PriceWaterhouseCoopers y Deloitte completen las auditorías de compras ('due diligence') de ambos bancos. Los exámenes se han retrasado porque los auditores están muy ocupados a principios de año con los cierres de las cuentas del ejercicio anterior de todas las empresas y porque inicialmente se iban a hacer con los datos de junio pero finalmente se decidió que se realizarán con los del cierre de diciembre. En principio estarán listos en las dos semanas que quedan de marzo.

Plazos y solvencia

El primer proyecto de fusión debería estar listo para la primera quincena de abril. Después, un experto independiente nombrado por el Registro Mercantil tendrá un mes para emitir el preceptivo informe al que obliga la ley, aunque normalmente tarda menos tiempo. Posteriormente los consejos de administración de los dos bancos tendrán que convocar juntas de accionistas extraordinarias para aprobar la operación. Como tiene que trascurrir al menos un mes desde su convocatoria, no podrán aprovecharse las juntas ordinarias, que se celebran en abril. Las asambleas de propietarios podrían tener lugar a mediados de junio, para completar la unión en otoño tras las aprobaciones de las autoridades, principalmente el Banco Central Europeo (BCE).

Las dos entidades estiman que no será necesario hacer una ampliación de capital para fusionarse que perjudique a sus accionistas, como se estudió en un primer momento. La decisión final dependerá de la presión del BCE, con el que están en permanente contacto, pero las fuentes apuntan que su nivel de solvencia se situaría en un cómodo 12,5% una vez guardado las cantidades necesarias para acometer los costes de reestructuración (cierres de oficinas y bajas laborales, principalmente), que algunos bancos de inversión han calculado en entre 300 y 450 millones.

Los dos bancos provenientes de antiguas cajas tienen, además, palancas para mejorar su solvencia. Tras la fusión, tendrían el 22,5% de Caser y, por normativa, lo que sobrepasa el 10% les resta 70 puntos básicos de capital. Ya hay cuatro interesados en comprar parte de su participación en la aseguradora, que pretenden que el banco resultante se quede con una participación minoritaria.

Lógica de la operación

Unicaja y Liberbank ya habían mantenido contactos en el pasado, pero recientemente acudieron al BCE a plantearle si le parecía razonable que explorasen su fusión, a lo que el supervisor les dio el visto bueno. La operación tiene más lógica ahora, según las fuentes, porque las dos entidades han completado el proceso de integración de todas las cajas que les dieron lugar. Juntos, explican, podrán afrontar mejor los retos que afronta el sector, como los nuevos requisitos de capital y la inversión en transformación tecnológica.

Si la operación finalmente fracasase, sin embargo, las dos entidades tienen planes para poder continuar en solitario. El plan estratégico de Liberbank pasa por reducir sus activos tóxicos al 8% este año y al 5% el próximo, así como por alcanzar una rentabilidad sobre capital del 8% a finales del 2021 si los tipos se mantienen al nivel actual. La reducción de los activos tóxicos restará 35 millones a las cuentas de este año y los empleados que están en excedencia y terminarán saliendo, otros 40 millones: 75 millones que no restarán al beneficio en el futuro.