asamblea en bilbao

Torres salva la junta del BBVA gracias a la renuncia de González

Pablo Allendesalazar

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Se esperaba una olla a presión, pero la sorpresiva y oportuna decisión de Francisco González en la víspera de renunciar de forma temporal a la presidencia de honor del banco y su fundación mientras dure la investigación del 'caso Villarejo' ha funcionado como válvula de escape. Carlos Torres, presidente del BBVA desde el pasado diciembre, ha vivido este viernes una junta de accionistas no exenta de tensión, pero mucho menos dura de lo que se preveía. El ejecutivo, significativamente, ha querido "agradecer" a su antecesor su renuncia, pues con ella "quiere evitar que se utilice a su persona para dañar a BBVA".

La figura de Torres está íntimamente ligada a la de González. Fue este quien le nombró consejero delegado del banco y posteriormente le aupó a la presidencia. Durante la presentación de resultados anuales el pasado febrero, el actual primer ejecutivo aseguró que su predecesor le había dicho que era inocente de las presuntas escuchas ilegales encargadas por la entidad al expolicía para frenar el asalto de Sacyr a la entidad en el 2005 y que él le creía. También entonces dijo que retirarle los cargos honoríficos sería "prejuzgar" su culpabilidad. La renuncia voluntaria de González, en cualquier caso, ha aliviado la presión a la que se ve sometido.

Prueba de ello es que solo han intervenido 13 accionistas, un número no muy elevado para lo que es habitual. La más llamativa y aplaudida en Bilbao ha sido la de Luis del Rivero, expresidente de Sacyr y presunto espiado, que ya ha presentado una demanda en el juzgado de la Audiencia Nacional que investiga el caso. El empresario ha reconocido que ha tenido que cambiar su discurso porque iba a pedir el cese de González, pero igualmente ha cargado contra él. Así, le ha acusado de utilizar como "excusa" el escándalo de las cuentas secretas en el paraíso fiscal de Jersey del año 2000 para echar al copresidente Emilio Ybarra y al resto de consejeros vascos de la entidad, que luego fueron absueltos, con la colaboración de su "amigo" Jaime Caruana, entonces gobernador del Banco de España y hoy consejero del banco.

Sueldo injustificado

También ha negado que el intento de su constructora de controlar el BBVA contase con el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien ha llamado "bambi de acero" parafraseando a Alfonso Guerra, sino de 81 de las familias vascas fundadoras del banco. Además, ha afeado al expresidente el haber cobrado 250 millones durante su mandato, frente a los 75 millones de Emilio Botín y pese a que la cotización cayó el 33%. Asimismo, ha revelado que ha escrito una carta a los 59 fondos que poseen más del 90% del capital de la entidad para plantearles que, como sucede en Estados Unidos en casos que afectan a la reputación, se cree un comité especial para supervisar la investigación encargada por el banco y para el que ha propuesto los nombres de los exaltos cargos purgados por González.

Los sindicatos también han mostrado su preocupación porque "se cierre en falso" la investigación y han pedido "tolerancia cero". La asociación de exempleados Uniter ha reclamado que el retiro de González de sus cargos "se convierta en un alejamiento definitivo" porque el daño para la entidad no solo ha sido "reputacional, algo indiscutible, sino posiblemente patrimonial", ya que el caso "tiene todo el aspecto de terminar en los tribunales". Algunos pequeños accionistas también han intervenido. "Ustedes son la garantía de la obra de Francisco González, por eso no les tengo mucha confianza", ha espetado al consejo Francisco Arrese.

Interés del banco

Pese a todos estos pronunciamientos, Torres ha sido ratificado con el 98% de los votos y se ha limitado básicamente a repetir los mensajes que ya lanzó en febrero. Se ha escudado, así, en la investigación bajo secreto de la Audiencia Nacional para no dar más datos: "No podemos desvelar ninguna información". El banco, ha prometido, "seguirá investigando con rigor, colaborando también activamente con la justicia en el esclarecimiento de los hechos en el interés de la entidad". Pero, ha recordado, la investigación externa encargada por la entidad no será rápida: "Nuestro interés es avanzar y concluir lo más rápido posible, si bien dado el alcance, PwC nos ha trasladado que se requerirán varios meses de trabajo y comprenderán que tan importante o más que hacer la investigación rápido es hacerla bien".

Torres ha recordado que a mediados del año pasado el banco inició una investigación interna, que consistió en "recopilar" información sobre la contratación de Villarejo, "con la complejidad de tener que trabajar con información de un periodo largo de quince años". Tras la publicación en enero, ha continuado, del supuesto seguimiento e intervención de comunicaciones, "totalmente desconocidos para nosotros", el banco encargó un examen externo "con el impulso del consejo".  La entidad, ha explicado, está haciendo un "seguimiento muy puntual" de los clientes y el mercado y no ha encontrado "impactos relevantes" del caso en el negocio y la cotización. También ha insistido, como en febrero, en que el "BBVA ha sido, es y seguirá siendo un banco honesto" y que tomará las "decisiones que procedan en base a hechos constatados".

Investigación infructuosa

Según vienen publicando distintos medios desde mayo, el BBVA pagó más de cinco millones de euros (algunas fuentes sostienen que 10 millones) a la empresa de Villarejo entre el 2004 y el 2017 por distintos servicios, entre ellos las presuntas escuchas (unos 4.000 teléfonos y unas 15.000 llamadas de políticos, empresarios y periodistas) para tratar de frenar el intento de la constructora Sacyr de controlar la entidad en época del Gobierno de Zapatero. También se ha publicado que le encargó que espiara Luis Pineda, presidente de Ausbanc, y al constructor Fernando Martín, así como su presunta participación en el incendio del edificio Windsor de Madrid para destruir unos documentos comprometedores para González.