ÉTICA EN LA IA

La Inteligencia Artificial se teñirá de humanidad: definiendo valores y principios

La Inteligencia Artificial comienza a inundarlo todo. Le estamos dando tanto poder a esta tecnología que la comunidad internacional y los gurús tecnológicos llevan mostrando su preocupación durante los últimos años. ¿Serán las máquinas capaces de tomar decisiones por sí mismas sin dejar de lado la ética?

Con el desarrollo de esta tecnología, cada vez más voces expertas se alzan para discutir sobre un tema crucial: ¿podrán las máquinas tomar decisiones éticas?

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Inteligencia Artificial / economia

Alberto Payo

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La Inteligencia Artificial comienza a inundarlo todo. Muchas de las acciones que realizamos con nuestro teléfono móvil en el día a día, pero también nuestros entornos de trabajo. Nuestras ciudades y hasta el sistema de salud. Le estamos dando tanto poder a esta tecnología que la comunidad internacional y los gurús tecnológicos llevan mostrando su preocupación durante los últimos años. ¿Serán las máquinas capaces de tomar decisiones por sí mismas sin dejar de lado la ética?

Diferentes actores están debatiendo las implicaciones éticas del uso de la IA y cómo hacer que la IA dotada de cierta capacidad de improvisación (gracias al aprendizaje automático) pueda comportarse de acorde a ciertos valores y principios. Este ha sido precisamente una de los temas que se ha debatido en una de las conferencias principales de la primera jornada del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.

En dicha keynote la comisaria de Economía Digital y Sociedad de la Unión Europea, Mariya Gabriel, ha reconocido que “la inteligencia artificial tiene el potencial de llevar a todos los sectores y actividades a un nuevo nivel y eso implica que trabajemos juntos una vez más”. En este sentido, Gabriel ha anunciado la creación de un nuevo programa que se centrará en la IA, el Edge Computing y la ciberseguridad.

El fondo arrancará en 2021 y al mismo se dedicarán 5.000 millones de euros. No obstante, Gabriel ha comentado que no se trata sóolo de invertir, sino que hay que “estar a la altura para liderar el estado de la IA, desarrollándola de forma que refleje los valores y principios de la Unión Europea”. ¿Cuáles son estos? La comisaria ha citado varias palabras clave, como la confianza, la seguridad o la inclusión.

No obstante, ha recordado que en diciembre se publicó una guía de ética en IA elaborada por 52 expertos y sujeta a los comentarios de más de 500 stakeholders. “Estamos en la fase final para su publicación, pero tenemos claro que la inteligencia artificial del futuro debe ser antropocéntrica”, ha concluido. Para Gabriel, “es un objetivo ambicioso”, pero será sencillo lograrlo “si las entidades públicas y las empresas trabajan de manera conjunta, mano a mano”.

Los principios, por delante de las organizaciones

IBM ha sido una de las primeras en democratizar la IA, poniéndola al servicio de las organizaciones. Tras el desarrollo de su superordenador Watson, el Gigante Azul abrió su tecnología Watson, facilitando que su capacidad para procesar, asimilar y analizar los datos pueda ser de utilidad para manejar historiales médicos, para la toma de decisiones en el ámbito empresarial, hacer predicciones económicas y un largo etcétera.

Sin embargo, IBM cree que en este punto de desarrollo es importante pararse a reflexionar y poner los principios por delante de las organizaciones. Mark Foster, vicepresidente de la división de Business Services de la compañía, ha mencionado los tres pilares bases sobre los que, según la firma, debe asentarse la IA del futuro. El primero de ellos es que la IA debe ayudarnos y mejorarnos como sociedad, no sustituirnos. Además, desde IBM abogan por una transparencia absoluta y un correcto tratamiento de los datos, de tal manera que estos siempre sean propiedad de sus creadores.

No obstante, desde la compañía informática creen que la expansión de la IA supone un importante reto a nivel laboral y como sociedad. “Europa necesitará en los próximos años que nueve de cada diez personas tengan capacidades digitales, pero hoy en día solo el 50% las tienen”, ha subrayado Foster. Para el responsable, únicamente con la formación se puede cubrir esta necesidad. Además, asegura que “hay que crear una agenda inclusiva, no se puede dejar a nadie atrás”.

Tecnología inclusiva

La conferencia también ha contado con la participación de Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que insiste en el mismo mensaje de IBM y la Comisión Europea: el desarrollo de la IA es necesario, pero debe incluir a todos. Y eso resulta bastante complejo en la práctica.

“No todo el mundo tiene los mismos valores y hay que cuidar los de todos. En la OCDE queremos crear un observatorio porque pensamos que puede ayudar y facilitar la labor de los creadores de políticas. Nos gustaría enfocarnos en el impacto de la IA en la vida diaria, en la productividad”, apostilla el responsable.

Desde el organismo también apoyan la creación de unas guías que supongan una especie de documento vinculante para “proteger las libertades de los individuos” y en ese enfoque antropocéntrico de la IA. Para concluir, Gurría ha hecho retrospectiva para recordar que la opacidad no ha traído nada bueno. “Después de la gran crisis que hemos sufrido durante muchos años, no podemos volver atrás. Debemos apoyarnos totalmente en la confianza, en la transparencia. Y eso debe extenderse también al uso de la IA”, ha sentenciado.