Informe UGT

Tener empleo y ser pobre, una realidad doblemente femenina

Dos de cada diez mujeres con empleo no ingresan lo suficiente para esquivar la exclusión social; entre los hombres la proporción es de uno de cada diez

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Gabriel Ubieto

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El número de personas en situación de pobreza pese a tener un empleo en España asciende a 2.559.860, de las cuales 1.644.710 son mujeres y 915.150 hombres, según constata un informe sobre brecha salarial presentado por UGT este martes y que recoge los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), referidos al 2016. Es decir, y teniendo en cuenta la menor participación de las mujeres en el mercado de trabajo, dos de cada diez mujeres con empleo no ingresan lo suficiente para esquivar la exclusión social; entre los hombres la proporción es de uno de cada diez.

Ellas cobran menos, principalmente, aunque no solo, porque se concentran en sectores y rangos que pagan menos, según señala UGT. Es por ello que el sindicato señala, en la conmemoración del día por la igualdad salarial, que las grandes beneficiadas de la reciente subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros (SMI) serán las mujeres. En el 2016, más de la mitad, en el mejor de los casos, eran mileuristas.

Los hombres acabaron el 2016 cobrando el 22,35% más que las mujeres. Esa brecha fue la más baja desde el 2009 y se acortó por quinto año consecutivo. UGT atribuye ese descenso de las desigualdades a dos factores. Por un lado, las características propias del mercado laboral español, que tras el estallido de la crisis se cebó destruyendo empleo en la construcción, sector mayoritariamente masculinizado. Por el otro, la progresiva inclusión de la agenda feminista en la negociación colectiva, mediante la inclusión de cláusulas en los convenios colectivos y las medidas en los planes de igualdad.

Sanidad y servicios sociales, donde más se agrava

El sindicato desgrana los datos del INE y destaca que entre las personas con contrato indefinido, las mejor remuneradas por estadística, es donde mayor diferencia existe, del 23,8%. En el otro lado, entre los asalariados con jornada a tiempo parcial, donde tres de cada cuatro trabajadores son mujeres, la brecha es del 6,65% a favor de los hombres. Una vez entrada la economía española en fase de recuperación del empleo, el peso de las mujeres entre el total de asalariados con contratos indefinidos se ha ido diluyendo y en el 2016, siendo el 48,4% del total de trabajadores, registran niveles inferiores a los previos a la crisis. El informe de UGT señala que dichas cifras reflejan que el origen de la desigualdad radica en la masculinización de determinadas actividades y la feminización de otras.

Las industrias extractivas son la excepción, literalmente la única, que confirma la regla. De todas las actividades profesionales analizadas por el INE, estas son las únicas en las que estadísticamente las mujeres cobran más, el 9,9% más, que sus colegas masculinos. En todos los otros sectores la ventaja de los hombres es unánime, siendo más acentuada entre las actividades administrativas y los servicios auxiliares y menos acentuada en las dedicadas al transporte y el almacenamiento.

Y pese a la contracción de la brecha en el 2016 respecto al 2015, en cinco de los 18 grupos de actividad aumentó, siendo las actividades sanitarias y de servicios sociales las más afectadas porcentualmente. No obstante, la evolución de la rama profesional que UGT percibe con mayor preocupación es la hostelería, un sector en el que trabajan ocho de cada 100 personas en España. Allí, los sueldos de los hombres se incrementaron cuatro veces más que en el caso de las mujeres.

Catalunya, un "ejemplo a emular"

Por territorios, las mayores diferencias en cuanto a remuneraciones entre hombres y mujeres se ubica en Cantabria, donde la brecha es del 27,7%, cinco puntos y medio por encima de la media. En el otro lado de la balanza está Canarias, donde las diferencias salariales entre géneros son del 13,9%. Catalunya se encuentra ligeramente por encima de la media, con una diferencia del 23,4%. Es precisamente esta comunidad autónoma, junto a Murcia La Rioja, la que UGT señala en su estudio como "ejemplos a emular". En estas se reducen las brechas salariales, al mismo tiempo que se suben los salarios, de manera inversamente proporcional. Es decir, suben más los salarios a los empleados peor remunerados y menos a los mejores.

UGT denuncia que "la legislación actual, tanto a nivel europeo como nacional, es insuficiente para eliminar la brecha salarial entre mujeres y hombres" y "todo el peso de eliminación y reducción de brecha salarial recae en la negociación colectiva". Al Gobierno le exige, en consecuencia, "la aprobación de una Ley de Igualdad consensuada con los agentes sociales".