Oliu y Guardiola renuncian a cobrar un bonus a causa del TSB

Los efectos causados por la migración de la plataforma tecnológica del TSB, filial británica del Banc Sabadell, se dejarán notar en la retribución de los directos de ese banco, que dejará de percibir un bonus en concepto de retribución variable ligado a la obtención de los objetivos del banco. No serán los únicos afectados: tanto el presidente del Sabadell, Josep Oliu, como su consejero delegado, Jaume Guardiola, han dado a conocer este viernes su renuncia a cobrar sendos bonus de 665.974 euros y de 563.516, respectivamente que corresponden a la retribución variable del ejercicio. "En ambos casos, se trata de una decisión voluntaria. No tenían porqué hacerlo, pero han decidido solidarizarse con los trabajadores del TSB, que tampoco cobraran esas retribuciones variables", han comentado fuentes de la entidad financiera.

El banco ha remitido este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el informe de retribuciones de consejeros y directivos del banco relativos al 2018. En ese informe se concreta que Oliu ha percibido una retribución fija de 1,7 millones de euros durante el ejercicio; beneficios sociales de 37.870 euros y aportaciones a planes de previsión social: 36.071 euros. Además se menciona la retribución variable a corto plazo (las cifras mencionadas en el párrafo anterior), que no será percibidas. Y finalmente retribuciones variables a largo plazo, consistentes en derechos sobre acciones.

Circunstancias extraordinarias

Por su parte, Guardiola ha percibido 1,35 millones en concepto de retribución fija, 15.292 euros por beneficios sociales y 761.761 euros "por ajustes del variable", señala el informe. También menciona que en el pasado consejo de administración del banco, Oliu manifestó que, "a pesar de los buenos resultados del negocio en España, el impacto en los resultados del banco de la migración del TSB y a las circunstancias extraordinarias del ejercicio, les hacían considerar adecuado proponer una renuncia a la percepción de retribución variable".

Cabe mencionar, que los problemas derivados de la migración tecnológica en la filial británica tuvo un coste que el banco cifró en cerca de 350 millones de euros en las cuentas presentadas a primeros de febrero.