en Catalunya

La mala calidad del nuevo empleo aumenta la irregularidad entre los migrantes

Una trabajadora de la limpieza en un domicilio particular.

Una trabajadora de la limpieza en un domicilio particular.

Gabriel Ubieto

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La mala calidad del empleo que se está creando a la vera del crecimiento económico pesa especialmente sobre las espaldas de los trabajadores migrantes. Así se deriva de los datos presentados este miércoles de la memoria del 2018 del Centre d’Informacions per a Treballadors Estrangers (CITE), órgano vinculado a CCOO. Crece la irregularidad, tanto en lo que refiere a la residencia, como especialmente al trabajo, y el número de mujeres recién llegadas aumenta, principalmente provenientes tanto de Venezuela como de países centroamericanos.

El directo del CITE, Carles Bertran, insiste que los datos de la memoria, que el finado 2018 registró un total de 11.381 usuarios, con una media de 2,3 visitas por persona, no son 100% representativos, pero que pueden servir para trazar tendencias generales. El informe constata que en el 2018 se produjo un "importante" incremento, de casi 4,7 puntos, de las personas en situación administrativa irregular y que estas ya representa al 59,3% de las personas atendidas en las oficinas del CITE.

Esa tendencia se extiende y está vinculada al aumento del trabajo irregular, que en el 2018 afectó al 61,5% de los usuarios. Y ese incremento no es un pico aislado, ya que en los últimos cuatro años dicha irregularidad ha aumentado en 20 puntos. Si la llegada de nuevos migrantes se mantiene, "a medio plazo podemos detectar un aumento de la irregularidad entre la población extranjera", ha afirmado el directo del CITE.

El culpable: la mala calidad del nuevo empleo

El sindicato atribuye esa tendencia creciente a las dificultades de muchas personas de renovar sus autorizaciones debido a la destrucción de empleo posterior al estallido de la crisis, especialmente entre los hombres, ya que muchos de ellos estaban empleados en actividades relacionadas con la construcción. Otro elemento que ha destacado Bertran es la incipiente llegada de personas del extranjero, tanto atraídas por el contexto de crecimiento económico de los últimos años como al estallido de conflictos y situaciones de crisis en diferentes países.

En este sentido, Marruecos, en tanto que primer país de origen en número de migrantes en España, sigue siendo la principal comunidad que se dirige a las oficinas del CITE en busca de asesoramiento, representando el 14,5% del total de las visitas. No obstante, las comunidades provenientes de Venezuela y Centroamérica, como Honduras, El Salvador o Nicaragua, han aumentado considerablemente respecto a años anteriores. Si los venezolanos representaban en el 2014 el 2,6% de las personas atendidas por el CITE, en el 2017 la cifra ascendía al 6,5% y el 2018 cerró siendo el 8,1%.

El secretario de acción social de CCOO en Catalunya, Toni Mora, ha señalado a la baja calidad del empleo generado en la última década como principal responsable del aumento del trabajo 'en negro'. El crecimiento de la temporalidad y la parcialidad son especialmente lesivos para los migrantes, ya que les dificulta poder acreditar el arraigo laboral que les permite obtener el permiso de residencia, según ha apuntado el dirigente sindical.

Más mujeres migrantes

Esa irregularidad provoca, entre otros, una clara infraocupación de las personas migrantes. Es decir, el informe constata que la mayoría de ellos tienen estudios medios o superiores, pero que las profesiones más frecuentes consisten en tareas no cualificadas, donde desaprovechan ese capital social que traen consigo desde sus países de origen.

Y, a su vez, el trabajo irregular no afecta igual a hombres que a mujeres. Este es mayoritario entre ellas, no así entre los hombres, debido al peso de los trabajos del hogar, "básicamente internas", según ha matizado el director del CITE.