Previsiones del Gobierno

El consumo de las familias perderá fuelle este año

El Ejecutivo prevé un menor peso de la deuda y una tasa de paro del 14%

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El consumo de las familias perderá este año fuelle y será uno de los motivos por los que el crecimiento será del 2,2% en lugar del 2,3% estimado inicialmente. De todas forma, según las previsiones del Gobierno, el principal responsable de la ralentización será el ajuste fiscal, de mayor importe, impuesto por la negativa del <strong>Senado</strong>, con mayoría del PP, a aprobar la senda de estabilidad propuesta por el Ejecutivo, que augura, a pesar de ello, una reducción del peso de la deuda pública.

A su vez, el paro será dos décimas más elevado que el inicialmente previsto, hasta situarse en el 14%. El consumo aumentará una décima menos de lo estimado inicialmente, el 1,7%, frente al 2,3% del año pasado; y el saldo exterior tendrá una aportación negativa de una décima (tres décimas en el 2018), gracias a que las exportacioens aumentarán el 2,8%, frente al 2,4% del año pasado; mientras que las importaciones crecerán el 3,1% frente al 3,5% del 2018.

Así lo ha anunciado la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros en el que ha actualizado el cuadro macroeconómico con el que trabaja el Gobierno y en el que se basa el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2019.

Ese cuadro incluye que la deuda pública cierre el 2018 en el 96,9 % del PIB, una décima menos de lo previsto en el proyecto presupuestario presentado en octubre, para contenerse hasta el 95,4 % en 2019, con lo que, según Calviño, se duplica el ritmo de contención respecto a años anteriores.

Prudencia

Calviño ha destacado que las previsiones se basan en la "prudencia". De hecho, se ha revisado a la baja una décima la previsión de crecimiento económico, hasta el 2,2%, para el año que acaba de comenzar únicamente porque las cuentas públicas se han tenido que elaborar con la senda del déficit establecida por el PP, que exige un recorte cinco décimas superior al que quería el actual Gobierno del PSOE.

Según las previsiones del Gobierno, el PIB pasará de crecer al 2,6% del 2018 al 2,2% en el 2019. Además del consumo privado, el público pasará del 1,9% al 1,4 % y la inversión del 5,7 al 4,4 %.  Por lo que se refiere a la demanda nacional, esta pasará de avanzar el 2,9 % en 2018 al 2,2 % en el año que acaba de comenzar, mientras que el saldo exterior -que hasta ahora el Gobierno esperaba que no lastrara la economía- seguirá restando, aunque su peso negativo se contendrá del 0,3 de 2018 al 0,1 % en 2019.

"La economía española sigue en una senda de crecimiento sólido y robusto", ha dicho Calviño, que defiende que tanto el Gobierno como todos los organismos de previsión, tanto nacionales como internacionales, esperan que el avance se mantenga en el 2019, "dentro de un ciclo que ha ido madurando" desde su máximo en 2015.

Inflación "muy contenida"

Además, España está creciendo "a buen ritmo" con una tasa de inflación "muy contenida", una tendencia del mercado laboral "muy positiva", con una reducida prima de riesgo y sin generar un déficit exterior por cuenta corriente, algo "muy importante" de cara a reducir la deuda externa.

Para el Gobierno, es previsible que el consumo se impulse sobre todo en el primer semestre del año gracias a la buena marcha de la economía, la caída del precio del petróleo, la devolución de las retenciones en el IRPF por maternidad y paternidad y otras variables. Todo ello habría llevado al Ejecutivo a elevar su previsión de crecimiento de no haber sido, según Calviño, por el ajuste fiscal provocado por la negativa del Senado a la senda de estabilidad propuesta por el Gobierno.

En cuanto a la financiación del sector público, el Tesoro prevé una emisión neta de deuda pública de unos 35.000 millones de euros. Calviño ha explicado que el objetivo será minimizar la emisión "todo lo que se pueda", alargar los vencimientos de la deuda, tras superar los 7 años en 2018, para tener una situación "más cómoda" de cara a la normalización de la política monetaria, y reducir "al máximo" los tipos de interés.

El Tesoro Público registró en el 2018 una emisión neta total de 34.277 millones de euros, lo que supone 5.723 millones de euros inferior (-14,3%) a lo previsto a principios de año, y también menor a las últimas previsiones de finales de noviembre.

Asimismo, disminuyó en 7.181 millones la emisión bruta prevista para el conjunto del año, situándose en 212.964 millones de euros, la cifra más baja desde 2011. Del total de deuda emitida, 131.980 millones de euros corresponden a bonos y obligaciones a medio y largo plazo y 80.984 millones a letras del Tesoro.

En detalle, aumentó la vida media de la deuda en circulación hasta los 7,52 años, frente a los 7,13 del ejercicio anterior, al tiempo que el coste medio de las nuevas emisiones se mantuvo en una cifra similar a los últimos años, situándose en el 0,65%, frente al 0,62% de 2017.