transición energética

Endesa solicita el cierre de sus centrales térmicas de Compostilla y Andorra

Central térmica de Andorra Teruel

Central térmica de Andorra Teruel / AGUSTÍ CARBONELL

Sara Ledo

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Era un secreto a voces -Endesa ya se lo había comunicado al ministerio de Transición Ecológica y también lo había confirmado en la presentación de su Plan Estratégico- pero la petición formal ha llegado este miércoles: la compañía eléctrica ha solicitado el cierre de las centrales térmicas de Andorra (Teruel) y Compostilla (León).

La compañía dirigida por José Bogas señala en un comunicado que le resulta "imposible" abordar las inversiones necesarias para que estas centrales cumplan con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el próximo 30 de junio de 2020. 

No obstante, la empresa ha asegurado que "respetará el puesto de trabajo de todos los empleados de las dos centrales", esto es de 166 personas en el caso de Compostilla y de 153 en Andorra. En cuanto a las empresas auxiliares, la compañía les dará "total prioridad" tanto en los trabajos de cierre y desmantelamiento de ambas plantas  como en el desarrollo de las nuevas instalaciones renovables que se propone llevar a cabo en las zonas de las dos centrales.

En este sentido, la eléctrica cifra en torno a 130 empleos, con puntas de hasta 200, en cada emplazamiento el número de empleados que se generarán debdio a los trabajos de cierre y desmantelamiento de ambas centrales que tendrán una duración estimada de entre 4 y 6 años.

Por su parte, sobre los proyectos futuros, Endesa asegura que pretende acometer elevadas inversiones en nuevos proyectos de energías renovables con el desarrollo de hasta 1.000 megavatios de nueva capacidad solar fotovoltaica en la zona de la central de Andorra que supondrán una inversión de unos 800 millones de euros. En el caso de Compostilla, la empresa tiene en estudio proyectos fotovoltaicos en la zona de Ponferrada que representarían una inversión de unos 240 millones de euros.

De esta forma la eléctrica parece en consonancia con las palabras de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que en no pocas ocasiones ha insistido en que cualquier decisión de cierre de centrales tiene que estar acompañada de un plan que garantice el desarrollo de las zonas que dependen de estas instalaciones.