Desaceleración

La economía alemana cae por primera vez desde el 2015

Los problemas de la industria automovilística penalizan el crecimiento alemán con una contracción del 0,2% que también frena el rendimiento en la Eurozona

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lainz45882203 german chancellor angela merkel addresses the european parli181113160629 / REUTERS / VINCENT KESSLER

Carles Planas Bou

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Alemania se ha despertado este miércoles con una sorprendente mala noticia. En el último trimestre la siempre robusta economía alemana se contrajo por primera vez en tres años y medio, con una caída de su producto interior bruto (PIB) del 0,2%, según los datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

En los últimos años, Alemania ha gozado de su mayor período de expansión desde la Reunificación. Sin embargo, la primera contracción en el crecimiento desde el 2015 puede ser un aviso. Tras un segundo trimestre del 2018 en el que registró una mejora del 0,5%, Alemania se encuentra ahora en tasas negativas, un patinazo que plantea dudas sobre la capacidad del principal motor económico de la Unión Europea (UE) para hacer frente a la próxima recesión.

“Las fluctuaciones alcistas y bajistas de las cifras no deberían distraernos del hecho de que la recuperación económica de Alemania y de la zona euro se mantiene intacta”, ha remarcado Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. No obstante, el dirigente ha alertado del riesgo sobre una ralentización del crecimiento futuro alemán.

Problema automovilístico

Entonces, ¿a qué se debe este cambio? Todo apunta a que la causa de esa desaceleración se encuentra en el seno de la poderosa industria automovilística alemana, cada vez más golpeada por la restricción de los vehículos diésel en varias ciudades del país y por las dificultades del sector para adaptarse a los nuevos requerimientos de control establecidos tras destapar la deliberada manipulación de sus vehículos para esquivar los tests medioambientales. En base a eso, los expertos ya pronosticaban una ligera caída del 0,1%.

El cambio de los nuevos sistemas de tratamiento de gases de escape WLTP ha llevado a los fabricantes a recortar significativamente su producción. Los expertos apuntan a que ese frenazo también puede deberse a la debilidad del trimestre de verano y a un ligero descenso de las exportaciones.

Freno Europeo

Aunque esperan que Alemania vuelva a la senda del crecimiento para el último trimestre del año, sus perspectivas son más pesimistas. Eso ha hecho que reduzcan al 1,6% sus previsiones de crecimiento para este 2018 y al 1,5% para el 2019, mientras que el gobierno federal aspira a una mejora del 1,8% en ambos años.

Desde el Bundesbank, su vicepresidenta Claudia Buch ha alertado a los bancos del país sobre una subestimación del riesgo de crédito, algo que podría llevarlos a no tener reservas suficientes para hacer frente a una posible recesión. "El sistema bancario alemán se ha vuelto más vulnerable a un aumento abrupto de las primas de riesgo y, por lo tanto, de las tasas de interés”, ha apuntado.

Si Alemania pisa el freno, el euro se resiente. Así, las tasas negativas en Berlín también han penalizado al resto del continente. En los últimos tres meses la Eurozona apenas ha crecido un 0,2% — sus peores datos desde 2014 — mientras que la UE lo ha hecho un 0,3%. En ambos casos el ritmo de crecimiento es menos que el registrado en el segundo trimestre del 2018. España ha sido la principal nota positiva de la economía comunitaria con un aumento del PIB del 0,6%, el triple que la media.