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Torres Vila defiende que es 'lógico" que el cliente tribute por la hipoteca

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Carlos Torres Vila, actual consejero delegado del BBVA y presidente del banco a partir de enero, ha evitado reiteradamente pronunciarse sobre quién podría ser su sucesor, cuándo se anunciará, y si tendrá un perfil más digital, como él mismo, o más de banquero tradicional. Se ha limitado a insistir que será un directivo del banco y que se comunicará antes de que acabe el año. También ha asegurado que le "encantaría" que Francisco González aceptase ser presidente del honor de la entidad y no ha descartado que acuda a la junta del año que viene pero a título particular, ya que ha decidido dejar el cargo al final de este año pese a que podría haber seguido hasta la primavera del 2020 aprovechando que "ahora" el equipo gestor "está muy unido".

El todavía número dos del BBVA ha admitido que en los 18 años de mandato de su todavía superior, Francisco González, ha habido "aciertos y errores, nadie los va a negar". En esta línea, se ha mostrado comprensivo con las "quejas" de algunos accionistas, que achacan al ejecutivo la falta de revalorización de la entidad en bolsa durante estas casi dos décadas. Entre las áreas de mejora, ha citado la utilización de la tecnología para agilizar los procesos internos del banco y ofrecer servicios de mayor valor a sus clientes. En cualquier caso, ha defendido que el periodo de liderazgo de su inminente predecesor ha sido "muy positivo" para el grupo, con una expansión internacional que ha convertido al banco en "uno de los grandes jugadores del mundo" y el "mejor proyecto global de futuro".

El ejecutivo también ha defendido que lo "lógico" es que el impuesto de actos jurídicos documentados lo pague el cliente y no el banco, en contra de lo fijado por la reciente sentencia del Tribunal Supremo, ya que el "préstamo hipotecario es indisoluble de la hipoteca". Pese a ello, ha asegurado que su entidad "lógicamente" aceptará el fallo y se adaptará al cambio de criterio si se confirma en el pleno del próximo lunes, pero ha defendido que no tenga efectos retroactivos: "Lo que no se puede hacer es penalizar al que ha cumplido la ley". También ha advertido que, de confirmarse, es difícil saber qué impacto tendrá en el precio del crédito, ya que dependerá de las "dinámicas competitivas" del sector.

Villarejo e impuestos

Torres Vila, por otra parte, ha rechazado pronunciarse sobre una reciente información de 'El Independiente', confirmada por el banco, que apuntaba que el BBVA pagó más de cinco millones al polémico comisario Villarejo entre el 2012 y el 2017 por la prestación de distintos servicios. "Ningún comentario porque estamos en los resultados del tercer trimestre y por la naturaleza del asunto", ha asegurado en una rueda de prensa telefónica. Asimismo, ha pedido al Gobierno que no apruebe el impuesto sobre las transacciones financieras sin contar con el resto de países europeos y ha calculado que la tasa del 5% a los dividendos de sus filiales extranjeras no tendrá un impacto "material" en los resultados del banco. 

El BBVA ganó 4.323 millones de euros entre enero y septiembre, un 25,3% más que un año antes. Pese a ello, su acción ha caído el 3,14% en bolsa. La mejora del resultado se debe sobre todo a las plusvalías obtenidas por la venta de su negocio en Chile (633 millones). Sin este efecto, hubiera mejorado bastante menos, el 7%. La entidad se ha visto perjudicada por los problemas de dos de sus principales mercados, Turquía y Argentina. Además de la pérdida de valor de sus divisas, en el primer país sus provisiones por la pérdida de valor de los activos han subido el 16,5%, mientras que en el segundo ha tenido que realizar un ajuste extraordinario de 190 millones por la hiperinflación que padece.

Los ingresos, así, han bajado el 6,9%, pero hubieran subido el 4,3% sin el efecto de las divisas. Una vez descontados los gastos, el margen cayó el 6,8% (alza del 5,8% sin el efecto de las monedas). La reducción global de las provisiones para afrontar pérdidas hicieron que el resultado antes de impuestos quedase plano. El menor pago de tributos (1,7%) y el menor reparto de beneficios con socios minoritarios por la caída del resultado en los bancos filiales donde están presentes (-23,9%) permitió la mejora del beneficio del 7% previa a las plusvalías de Chile. En España, el banco ganó 1.107 millones (1.167 millones de beneficio bancario, un 10,5% más, menos 60 millones de pérdidas inmobiliarias, el 78% menos).