SEGÚN 'EXPRESSO'

Lisboa quiere acoger el Mobile World Congress en el 2023

La capital se ofrece a organizar la feria con un entorno estable, buenas infraestructuras y suficiente experiencia

Uno de los robots presentados en el Mobile World Congress.

Uno de los robots presentados en el Mobile World Congress.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lisboa quiere acoger el Mobile World Congress a partir del 2023, cuando finaliza el compromiso actual que el mayor congreso mundial de telefonía móvil mantiene con Barcelona. Según publica este sábado el semanario luso 'Expresso', tanto el Gobierno portugués como el Ayuntamiento de Lisboa están en contacto con el consejero delegado de la GSMAJohn Hoffman, que promueve cada año el congreso, para que la capital lusa sea la próxima sede del Mobile. 

La capital portuguesa, que en la actualidad acoge uno de los principales eventos tecnológicos del mundo, la Web Summit, va a duplicar la capacidad del recinto de la Feria Internacional de Lisboa, lo que le permitiría aspirar a citas de tanta envergadura como el Mobile, que este año superó los 100.000 visitantes. El Mobile se celebra en Barcelona desde el 2006 y está previsto que se quede en la capital catalana hasta el 2023, aunque los promotores pidieron para ello que se garantizase un entorno "estable y seguro" para sus participantes.

Oferta sólida

Lisboa, atenta al efecto de las tensiones independentistas en Catalunya, quiere dar un paso al frente y aspira a ser una alternativa a Barcelona a partir del 2023 con infraestructuras suficientes y atractivo de sobra para expositores y visitantes. Es la feria de móviles una gran palanca de creación de riqueza y Lisboa está dispuesta a pujar fuerte. 

La semana pasada, la organización de la cumbre tecnológica anunció que se quedará en la capital portuguesa hasta el 2028, tras firmar un acuerdo por el que Lisboa invertirá 11 millones de euros anuales en la cita. Según estimaciones oficiales, la última edición de la Web Summit reunió a unas 60.000 personas y supuso para Lisboa ingresos por unos 300 millones de euros durante una semana, solo en servicios relacionados con hostelería, restauración y transportes.