Entrevista

Unai Sordo: "Es urgente que el Gobierno priorice la agenda social y no tanto la territorial"

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Gabriel Ubieto

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El secretario general de CCOO en toda España, Unai Sordo, visita Catalunya para conmemorar la jornada mundial por un Trabajo Digno. No obstante, reconoce que a los trabajadores no les espera un 2019 precisamente de celebraciones, puesto que, si las patronales no cumplen lo pactado y el Gobierno lo prometido, enero se promete caliente. 

En verano firmaron los acuerdos salariales con las patronales y dejaron algunos puntos como la recuperación de la ultraactividad o la reforma de la subcontratación para las Mesas de Diálogo Social. ¿Cómo están de avanzados estos temas?

Se está hablando de ellos, pero en mi opinión llevan un ritmo menor del necesario. Hay una falta de definición en la posición del Gobierno, que ellos achacan mucho a la situación parlamentaria, pero que, en mi opinión, tiene también que ver con un cierto exceso de prudencia para hacer algo que es absolutamente necesario: derogar esos aspectos centrales de la reforma laboral, con o sin el consenso de la patronal.

La ministra Valerio lo achacó a "los ritmos propios de la metodología participativa". ¿Qué fecha límite se marca CCOO para pasar a la acción?

No es bueno poner fechas y a veces los ultimátums envenenan las mesas de negociación. Nosotros aspiramos a que la patronal sea corresponsable con algunas cuestiones que, en privado, algunas empresas ya reconocen que son perjudiciales para la economía española. Lo que queda de año es decisivo.

¿CCOO pone la mano en el fuego porque antes de acabar el año habrá anuncios en firme?

Ponemos la mano en el fuego por que ya hemos trasladado en negro sobre blanco al Gobierno cómo debería reformar todas esas cuestiones. Y esperamos que en cuestión de días el Gobierno nos retorne su propuesta también en negro sobre blanco. Y si en esto no hay un acuerdo social, que ojalá lo haya, que el Ejecutivo tire por la vía parlamentaria.

Foment del Treball recientemente se declaró en contra de cualquier medida que supusiera incremento de costes y ustedes reconocen "abierta hostilidad" también en otros territorios. ¿Cree usted que las patronales aplicarán los mil euros mínimos por convenio pactados?   

Estamos detectando resistencias muy serias. Y el razonamiento de Foment es erróneo. Las subidas en los sueldos mínimos no solo son de justicia, sino de eficiencia. Cuando los vientos de cola de la economía mundial puede desanimar el crecimiento, mayores sueldos incrementarían la demanda interna para compensarlo. Y las empresas tienen un amplio margen para subirlos.

Cuando ustedes amenazan con instar al Gobierno a subir el salario mínimo interprofesional (SMI) si las patronales no cumplen, ¿lo hacen porque tienen algún tipo de garantía por parte del Ejecutivo?

El Gobierno no nos ha dicho lo que va a hacer con el SMI, porque todavía las patronales no han incumplido los acuerdos y porque los presupuestos aún no se han cerrado. El carril de la negociación política y el del diálogo social tienen que ir paralelos, ya que se retroalimentan.

¿Será el Gobierno un aliado o un obstáculo?

Indiferentemente, nosotros estamos planteando un tensionamiento de la negociación colectiva para el año que viene. Espero que no tenga que ser así, pero preveo que va a haber bastantes convenios en los que vamos a tener que pelear.

¿Los trabajadores lo tendrán más o menos difícil para negociar aumentos con el hasta ahora único candidato a presidir la CEOE, Antonio Garamendi?

No me gusta personalizar. En el fondo las posiciones patronales sobre los salarios mínimos son una disputa sobre modelos de empresa. Uno de los motivos por los que se consiguieron acordar los mil euros fue porque hay un número de empresas en España, no menor, que tiene un interés en que los salarios más bajos no sean salarios tan miserables.

Explíquese.

En España han aparecido proyectos empresariales cercanos al pirateo, que están compitiendo a la baja y de manera desleal con otras empresas. Y esto provoca un choque de poder dentro de la patronal. Este país necesita favorecer más a las primeras que a estas últimas.

¿Quiere decir que la patronal tiene un poder limitado para hacer cumplir entre sus empresas los acuerdos a los que llega la cúpula?

Probablemente uno de los problemas de España es que las patronales funcionan de un modo un tanto desagregado. A nosotros nos interesa que haya una patronal bien organizada, porque sino el diálogo social pierde fiabilidad.

Otro de los temas del momento son las pensiones. ¿Usted está más cómodo cuando oye hablar a la ministra Calviño o a la ministra Valerio?

Me siento más cercano a la ministra Valerio, el problema es que todas tienen matices. Primero hay que aclarar si las pensiones se van a actualizar por ley al IPC y, luego, hacer pedagogía con el hecho de que el gasto en pensiones va a subir sí o sí. Van a haber más pensionistas, que van a vivir más años y que deberían cobrar pensiones de media más altas. Hay que tocar los ingresos por la vía de mayores salarios y por la de los presupuestos.

¿Qué veremos antes, la reforma de las pensiones o del Estatuto de los Trabajadores?

No lo sé, deberían ir a la par.

Como dijo el otro día Pedro Sánchez, la política es "priorizar".

Claro, pero yo me pregunto, ¿qué es más prioritario para su Gobierno? ¿Derivar todo el debate político en la clave territorial, como lo está haciendo, o centrarse en la agenda social? Nos urge el tiempo

¿Le cuesta menos con el actual Gobierno explicar la posición de CCOO en Catalunya?

Las posiciones de matices cuesta explicarlas, sobre todo cuando la situación se tensiona. Ahora con un escenario de mayor diálogo es más fácil, aunque sigue exigiendo de un ejercicio de pedagogía muy potente.