evolución de los mercados

El oro, solo vil metal

La cotización de esta materia prima preciosa se mantiene estable, ninguneada por los inversores en criptomonedas

Lingotes de oro.

Lingotes de oro. / periodico

Eduardo López Alonso / Barcelona

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El precio del oro está en los niveles del 2015. El espejismo de una nueva reactivación del mercado parece que se difumina y los analistas discrepan de cuál será la evolución futura de su cotización. El oro ha pasado de ser el refugio tradicional de capitales conservadores a una alternativa más de inversión huérfana de indicadores infalibles para la previsión de su revalorización. La cotización internacional del oro atraviesa uno de los momentos más impredecibles de su historia en un marco de precios, en torno a los 33.000 euros el kilo, para el que nadie es capaz de discernir si aumentarán o bajarán. 

El anillo del bisabuelo, ese de menos 10 gramos y 18 quilates, puede ser transformado en la práctica en la actualidad en menos de 20 euros en los compradores minoristas, rácano canje para una aleación que llegó a ser especialmente preciosa entre el 2012 y el 2013. Entonces, esa pesada pieza hubiese sido valorada casi por el doble, aunque el kilo del vil metal en forma de lingote se cotizaba a 43.510,11 euros. 

Oferta y demanda

Para dibujar la atonía de la situación, los expertos de Bullion Vault reconocen que "el interés de los nuevos inversores cayó el 25% en septiembre". El mercado del oro se debate entre los que desconfían de la subida y los que consideran demasiado rácanos los precios. En esa coyuntura de desencuentro entre oferta y demanda el precio del oro sigue en una deriva fluctuante de estabilidad poco atractiva. 

Peso perdido

En opinión del profesor del IESE Miguel Ángel Ariño, matemático especialista en Análisis de Decisiones, "hay tantas posibilidades de inversión en la actualidad que el oro ya es una más entre muchas y por tanto no es el valor refugio que era en las décadas pasadas". Pero en cualquier caso recuerda que en los últimos tres años el precio del oro ha estado estancado, fluctuando entre 1.100 y 1.300 dólares la onza, cuando en el 2005 estaba a 400. La dificultad de prever la evolución futura del valor radica, según Ariño, en que "la rentabilidad del oro guarda poca relación con las rentabilidades de otros activos". 

'Cuestión de astrólogos'

Reafirma esta idea el profesor de Finanzas en Stern School of Business de Nueva York Aswath Damodaran. Damodaran es un especialista en finanzas corporativas y valoración de fondos y ha sido bautizado por algunos como 'el decano de la tasación' en Wall Street. Preguntado por la situación del mercado del oro y su evolución futura, Damodaran recurre a la ironía: "No tengo ni idea y nunca la tendré. Las personas que afirman que pronostican el precio del oro tienen peor historial que los astrólogos". En su momento, Damodaran reconoció públicamente que los inversores más jóvenes tienden a decantarse por las criptomonedas, frente a un pasado en el que el oro era el refugio de los que desconfiaban en una situación de inestabilidad monetaria. 

Bitcoines

En cualquier caso, la posible teoría de que los inversores han pasado de invertir en oro a hacerlo en bitcoines parece que fue solo circunstancial, circunscrita a ese periodo de burbuja de criptomonedas y ajuste de precios del oro.

Tipos de interés

También están en duda las técnicas de análisis que apuntaban tradicionalmente los gurús del compra y vende y que fueron más o menos válidas en el pasado. Siempre se aseguró que el precio del oro solía subir cuando la renta fija de los principales países tenía una rentabilidad baja. Las crisis eran aliadas del metal amarillo. Por tanto, la subida de tipos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) debía ser uno de los grandes condicionantes para la bajada del precio del oro. La lógica apunta a que si un activo es rentable de manera natural (ofrece una tasa de interés), casi siempre será más atractivo que el oro. Pero llevamos años con tipos de interés ultrabajos y el precio del oro tampoco ha subido. 

La amenaza del desplome

Algunos analistas ven en la caída del oro algo definitivo y la confirmación de que el metal precioso ha vivido una burbuja desde que estalló la crisis en el 2008. Si el oro vuelve a los niveles del 2008 se estaría hablando de un recorte de los precios del 50%.

Correlaciones

Entre las escasas correlaciones a las que los analistas otorgan cierta credibilidad se encuentra la que vincula cotizaciones de oro y del yen. Otros apuntan a la existente entre el precio del petróleo y el oro. También están los que combinan esos análisis predictivos con la correlación inversa existente con la cotización del dólar. Mientras los analistas descubren la catalizadora correlación, una suerte de clave 'filosofal' del oro, los inversores fieles siguen sin certezas para su inversión.

Los expertos de Bullion Vault reconocen que el final del verano fue nefasto, con mínimos no vistos desde el 2016, con una disminución de vendedores hasta los equivalentes a los que había hace 10 años. El Gold Investor Index, índice que mide la actividad de los inversores privados en oro, cayó hasta alcanzar los 55,0 puntos este septiembre. Este índice señalaría 50 en el caso de que el número de compradores fuera equivalente al de vendedores, mientras que una lectura por encima de esa cota indica que hay más compradores que vendedores durante el mes y el mercado es, por tanto, alcista. Ese índice llegó a estar en 71,7 puntos cuando el precio del oro alcanzó 1.900 dólares la onza en el 2011. A falta de indicadores claros, los analistas construyen los suyos.