ciudades sostenibles

La batalla de los combustibles

La mayor competencia se concentra en la movilidad urbana

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Agustí Sala

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La verdadera competencia entre combustibles se libra en las ciudades, en busca de las mejores soluciones para una movilidad urbana lo más sostenible posible, admite la secretaria general de Sedigás, Marta Margarit. El gas natural licuado (GNL) y comprimido (GNC) tiene ante sí al gas licuado del petróleo (GLP), que mezcla butano y propano, o autogás; así como los vehículos eléctricos, como alternativas a las gasolinas y al gasóleo, que todavía son los combustibles masivos.  

Uno de los que más ha crecido en el segmento de los turismos es el autogás. En Catalunya se vendieron en agosto 247 vehículos movidos con este combustible, frente a 99 de gas natural comprimido y 50 eléctricos, según los datos de la Dirección General de Tráfico recogidos por la consultora MSIU para Repsol, uno de los actores que más apuestan por el GLP para vehículos. El autogás cuenta con 25 millones de vehículos en todo el mundo, de los que 15 millones circulan en Europa, casi 60.000 en España.

Al margen de los vehículos eléctricos, el gas natural, como el que se usa en los hogares, pero comprimido para su uso en vehículos, es una de las apuestas del Grupo Volkswagen, del que forma parte Seat. Una de sus ventajas es que no es un derivado del petróleo y se estudia la posibilidad de que los vehículos puedan repostar en los hogares particulares mediante un compresor conectado a la red de abascimiento de cada casa. Eso reduciría una de sus deventajas con respecto al GLP, cuya red de abastecimiento es mayor.

El GLP ocupa menos espacio y ofrece más rendimiento que el gas natural y, a su vez, cuenta con más surtidores para abastecerse. Solo en Catalunya existen 110 estaciones de servicios que cuentan con el mismo.

En cambio, el gas natural es más ecológico, no procede del petróleo, consume menos por kilómetro y, en caso de fuga, al pesar menos que el aire, se dispersa con facilidad.