Según el MEDE

Agridulce final del rescate griego

Un manifestante pide, ayer, en Atenas, una oportunidad para Grecia.

Un manifestante pide, ayer, en Atenas, una oportunidad para Grecia.

Rosa María Sánchez

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Grecia ha salido oficialmente del rescate europeo este lunes, pero los griegos no están para celebraciones.

Formalmente, el 20 de agosto es la fecha dictada por la Unión Europea para poner punto final a ocho años de asistencia financiera a Grecia una vez que el Parlamento griego aprobó el 14 de junio pasado el último paquete de reformas y sacrificios impuestos por ‘la troika’ (UE, BCE y FMI). Eso significa que Grecia ya no tendrá necesidad de nuevas entregas de dinero europeo a cambio de nuevas reformas porque podrá buscar financiación en los mercados por sus propios medios.  Pero este lunes no pone fin a los sacrificios asumidos ni a los nuevos ya comprometidos. Tampoco pone fin a la vigilancia reforzada de la UE sobre las políticas económicas y sociales de Grecia, que durará, al menos, hasta el 2022. Y por todo eso, los griegos no están para celebraciones.

Después de tres planes de rescate (2010, 2012 y 2015) con más de 280.000 millones para el pago de deudas, Grecia llega con una economía que se ha reducido el 25%, con unos salarios que han perdido el 40% de poder adquisitivo y unas pensiones que han encajado 14 reformas (recortes). Grecia también llega a este punto con una emigración galopante de jóvenes, con el 35,6% de su población en riesgo de pobreza o exclusión social, con una sociedad humillada y con un fardo de deuda pública que casi duplica su PIB (roza el 180%) que tendrá que ser pagado por futuras generaciones y que deja al país al albur de crisis futuras.

A duras penas, la economía griega ha vuelto a crecer y a sanear sus cuentas sin que la sensación de mejora llegue a los ciudadanos. El PIB crece por quinto año, el paro ha bajado del 20% (tras haber rozado el 28% en el 2013), las cuentas públicas registran superávit primario (sin contar los intereses de la deuda) y el precio del bono a 10 años ha bajado desde el 15% en julio del 2015 al 4,34% actual.

Solo lo celebra la UE

Con este panorama, los únicos que parecen dispuestos a celebrar este 20 de agosto son los responsables de las instituciones europeas. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, celebró el fin "histórico" de ocho años de programas de rescate de Grecia, que consideró que fueron "dolorosos" para el pueblo heleno, si bien admitió que aún "serán necesarios más esfuerzos para consolidar".

También el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, celebró este lunes la "vuelta a la normalidad" del país heleno tras "un camino largo y complicado".

De alguna manera, este 20 de agosto simboliza para las instituciones europeas el punto final de una fiera crisis cuya gestión, dominada por la austeridad y criticada por amplias capas de la población, se sitúan entre las causas de algunos de los actuales movimientos populistas euroescépticosSe pone fin ahora a una era de rescates que se extendió a Grecia, Irlanda, Portugal, España y Chipre. “Es un momento histórico para Grecia y para la Eurozona” porque “pone fin simbólicamente a una crisis existencial de nuestra moneda única” resumió Moscovici.

Regreso a Ítaca

Los gobernantes griegos apenas quieren señalar esta fecha como un hito para forjar “una gran alianza social” que permita proteger a Grecia frente a futuras crisis, según su viceprimer ministro Yannis Dragasakis. Con este ánimo, el primer ministro, Alexis Tsipras --que volvió a utilizar corbata tras el anuncio, el 22 de junio pasado, del fin de rescate-- prevé dirigirse a los griegos este martes. Este lunes se especulaba sobre la posibilidad de que Tsipras pueda realizar tal alocución desde la mítica isla de Ítaca, la patria de Ulises a la que el héroe griego regresó después de 10 años de guerra contra Troya.

En realidad, lo único que pueden celebrar los griegos es que a partir de ahora podrán acudir a los mercados financieros a pedir el dinero que precisen que, necesariamente, será más caro.

Además, las nuevas políticas que se adopten ya no tendrán que pasar por la ventanilla de Bruselas, si bien no podrán contravenir los compromisos ya adquiridos. "Le hemos concedido a Grecia préstamos a muy largo plazo. Somos un acreedor muy paciente. Pero queremos ser pagados", ha advertido Klaus Regling, director del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede.

Todas estas circunstancias hacen ver a los griegos que el rescate puede haber terminado, pero no la austeridad. "Grecia sale de los rescates pero los jubilados nos quedamos. Las pensiones sufrirán un nuevo tijeretazo y el impuesto sobre la renta aumentará. Todo eso me da miedo. No creo que el Gobierno pueda hacer algo para evitar el recorte. Tiene las manos atadas", señaló a Efe Damianós Manóloglu, un jubilado de 81 años que, como tantos otros, no ve nada que poder celebrar.

Sin prisas para salir al mercado

<span style="font-size: 1.6rem;">Tras salir del rescate, <strong>Grecia recupera su autonomía </strong>para pedir dinero prestado a los mercados. No sufrirá condiciones de política económica pero sí unos intereses más caros. Grecia aún dispone de un colchón de 24.100 millones procedentes del rescate europeo. Eso y el acuerdo adoptado con la UE para retrasar hasta el 2033 la devolución de los préstamos permitirá a Grecia no tener que pedir dinero a los mercados al menos durante 22 meses</span><span style="font-size: 1.6rem;">.</span>

Exigencias hasta el 2060

<span style="font-size: 1.6rem;">Los compromisos asumidos por <strong>el Gobierno de Alexis Tispras</strong> con los acreedores (UE, BCE y FMI) para poner fin al rescate incluyen la exigencia de un superávit primario (sin tomar en cuenta el pago de intereses de la deuda) del 3,5% del PIB hasta el 2021 y del 2,2% hasta el 2060 (en el 2032 se reevaluará la situación). Por ello, muchos ciudadanos griegos entienden que no será hasta entonces cuando se pueda dar por finalizado el rescate</span><span style="font-size: 1.6rem;">.</span>

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Vigilancia reforzada hasta el 2022

<span style="font-size: 1.6rem;">Grecia puede salir del programa de asistencia a cambio de<strong> someter sus políticas a “vigilancia reforzada”</strong> al menos hasta el 2022, cuando se revisará la situación, Esta vigilancia incluye controles trimestrales por parte de los representantes de ‘la troika’ que vigilarán sobre todo seis áreas concretas: las privatizaciones, la administración pública, la fiscalidad y la actuación fiscal, el bienestar y la sanidad, el mercado laboral y los bancos griegos</span><span style="font-size: 1.6rem;">.</span>

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