negocio estratégico

La transición que transforma la energía

Las compañías preparan sus estrategias para una economía baja en carbono

Torre eléctrica y molinos de energía eólica.

Torre eléctrica y molinos de energía eólica. / LN/SAN

Agustí Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La energía no se crea ni se destruye sino que se transforma. Fieles a ese principio de la física, las compañías del sector han entrado en una dinámica de cambio, de reconversión, para adaptarse al proceso de transición hacia una economia baja en carbono y mucho más sostenible.

En este contexto, una empresa nacida como gasista, Gas Natural, ha eliminado esa palabra de su imagen y se reconvierte en NaturgyNaturgy; una petrolera, Repsol, se ha transformado en la quinta eléctrica del mercado español tras adquirir activos de Viesgo y compañías como Endesa Iberdrola redoblan la apuesta por las energías renovables, las únicas con perspectivas de crecimiento, porque, a su vez, son competitivas en precio con los de mercado, según destacan los expertos. Las gasista o la petrolera pasan a ser compañías energéticas.

"Los movimientos recientes demuestran que el sector eléctrico será la clave en el objetivo global de reducción de emisiones de CO2, mediante la instalación de renovables, el abandono progresivo del carbón, como combustible más emisor, y un mayo peso de la electricidad en usos finales, desplazando a los hidrocarburos más emisores", explican analistas consultados. Las compañías toman posiciones en este contexto.  

La Unión Europea (UE) marca el paso en esta materia, tras fijar recientemente objetivos más ambiciosos: un 32% de energías renovables en el 2030, frente al 27% anterior.  Es un objetivo vinculante para los estados y que, además, se revidará al alza en el 2023.

Gobierno alineado

El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez se ha mostrado mucho más alineado con esta hoja de ruta que su antecesor al frente del que estaba Mariano Rajoy. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo tiene claro: más energías renovables, no porrogar el funcionamiento de las centrales nucleares y cerrar en el futuro de las centrales de carbón. 

En este camino, las cinco grandes eléctricas (Naturgy, EndesaIberdrolaViesgo EDP) que forman la patronal Unesa suman activos totales en la generación convencional, que van de las centrales de carbón a las nucleares y los ciclos combinados (las que queman gas) que a 31 de diciembre pasado alcanzaban los 64.000 millones de euros. De esta cantidad, 29.000 millones pertenecen a la actividad de generación y redes, mientras que los 35.000 millones restantes son redes.

Naturgy ha decidido rebajar a la mitad el valor de sus centrales convencionales, hasta los 4.900 millones de euros. Ni Endesa ni Iberdrola, los otros dos gigantes del mercado eléctrico español, parecen decididas a acometer un movimiento contable similar, al considerar que sus activos ya están adecuadamente contabilizados en sus balance, según fuentes del sector. La primera tiene más de 6.000 megavatios (MW) de potencia renovable instalados, y la segunda, casi 16.000, ya que apuesta por estas tecnlogías limpias desde el 2001. Pero ambas tienen a su vez oros miles de MW en centrales convencionales: Endesa unos 3.500 en nuclear e Iberdrola, unos 3.100, mientras que la primera tiene 4.500 en carbón y la segunda, carece de ella.

Menos valor

Naturgy ha lanzado el mensaje de que, especialmente las centrales de carbón y otras convencionales pierden valor. Con todo, existe un elemento que les propio: "pagó un precio elevado por Unión Fenosa, por eso, de los 4.900 millones que ha rebajado el valor de sus activos, 2.000 corresponden al fondo de comercio", explican los experto. En tod caso, "las energías renovables son las únicas que crecen, pero las nucleares son un buen negocio si no obligan a cerrarlas, ya que tienen unos costes variables bajos y funcionan casi todo el año", agregan. El escenario que ha quedado más definido es el de las nucleares: por parte del Gobierno no hay interés ni en prorrogar su vida útil ni mucho menos autorizar la construcción de nuevas instalaciones.  

En todo caso, la transición energética deberá hacerse bien planificada. "España es una isla energética y no se puede permitir prescindir de ninguna tecnología, como la nuclear, mientras la acumulación en baterías no sea competitiva, ya que las energías renovables suelen aportar mucho más en momentos de baja demanda", según explican los expertos consultados. Los ciclos combinados (de los que hay unos 50 infrautilizados) están llamados a ser la tecnología der esplado, como en la actualidad, dado el previsible aumento de las renovables y el cierre de las centrales de carbón y, aunque progresivo, también de las nucleares, según los expertos.   

Endesa ya propuso un pacto de Estado para la transición energética. La compañía defiende alargar la vida útil de las centrales nucleares durante un periodo de cambio gradual de modelo hacia una producción 100% de energías renovables en el 2050.

Cada compañía defiende la tecnología en la que tiene más peso. Endesa lo tiene en nuclear y carbón; Ibedrola, con un discurso más tímido en materia nuclear y convencida de cerrar las instalaciones qu eproducen electricidad con carbón, tiene un gran peso en hidroeléctrica y en energías renovables; y Naturgy, en ciclos combinados.

En el caso de Repsol, la compañía ha seguido los pasos de otros grupos petroleros europeos, que cuentan con una producción de hidrocarburos muy costosa, que solo compensa cuando el precio del petróleo se mantiene muy alto; y en el apartado del refino, la tendencia es a un descenso del consumo de productos petrolíferos y sus derivados, con cada vez una mayor penetración de los vehículos eléctricos, según los analistas consultados.