La cooperación empresarial, clave para el éxito

El 15% de las firmas admiten que colaboran directamente con sus competidores

El forum Amec evidencia que la revolución tecnológica implica nuevas estrategias de crecimiento en los mercados exteriores

Contenedores apilados en Hong Kong con destino a la exportación.

Contenedores apilados en Hong Kong con destino a la exportación. / ccs

Eduardo López Alonso

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El 15% de las empresas colaboran directamente con sus competidores para mejorar sus productos o servicios. Aunque parezca un contrasentido, la revolución tecnológica actual y la internacionalización creciente obligan a las compañías a buscar aliados para la implementación de mejoras en productos cuyas inversiones generalmente no pueden ser asumidas en solitario. Esta fue una de las conclusiones del Forum Amec celebrado este miércoles en el IESE de Barcelona, en el que los expertos en comercio exterior alertaron que el uso intensivo de tecnologías de telecomunicaciones ha trastocado los planteamientos de las compañías industriales en todo el mundo y ha abierto nuevos modelos de negocio. "El 84% de las empresas consideran fundamental la cooperación con otras empresas para mejorar y el 15% reconocen que colaboran con sus directos competidores", asegura Joan Tristany, director general de Amec, el lobi empresarial conjurado con el fomento de la internacionalización de la industria. Según un estudio realizado entre los asociados, unas 370 empresas industriales de sectores diversos, el objetivo de diversificar los mercados está en al menos el 55% de los planes de negocio previstos para este 2018.

Aliados en la inversión

Emma Fernández, consejera de diversas empresas en Francia y España y ponente destacada del encuentro, alertó a los presentes que se ha pasado de la era de la especialización a otra marcada por "compartir lo esencial". "Las inversiones no pueden ser asumidas por las empresas individualmente", explica Fernández, por lo que se están creando "ecosistemas de innovación vinculados" en el que las redes de telecomunicaciones son fundamentales. La habilidad de las empresas para adaptarse a estrategias bimodales (aquellas que innovan sin perder sus mercados tradicionales) y en afrontar el futuro de la mano de otras empresas especializadas es clave para no desaparecer en el futuro. 

Globalización imparable

Para el presidente de Amec, Manel Xifra, la exportación es clave para la economía española y ha sido la base para la salida de la crisis. En su opinión, las actuales tensiones internacionales que fomentan el proteccionismo, y especialmente la política exterior estadounidense, no van a ser capaces de frenar una tendencia imparable a la internacionalización. "Algunos estados están intentando frenar la tendencia imparable de la globalización, pero no lo van a conseguir", explica convencido Xifra, "aunque ahora toca al consumo crecer más para que el crecimiento se consolide", añade.

Confianza

El proceso de internacionalización de la economía española aumenta a buen ritmo. Según los datos de Amec, el 70% de las empresas del lobi incrementaron sus exportaciones el pasado año. Y la exportación es el primer peldaño para alcanzar la internacionalización completa de las organizaciones, que pasan a ser entendidas como empresas globales. Y el optimismo se mantiene, ya que el 80% de las empresas prevén aumentar sus exportaciones este año. 

Las claves del futuro

En la práctica, las claves del éxito exportador en el futuro serán las mismas que para cualquier empresa que desee mantener su posición competitiva en cualquier mercado. Los expertos apuntan a que la revolución tecnológica implica básicamente tres elementos sustanciales; la contención de costes, la conexión entre productos y la conexión de las cadenas de suministro y con el mercado. Se calcula que internet de las cosas (interconexión de los productos) será una realidad en el 50% de los productos en menos de un año y que los servicios sean la base del negocio para la mayoría de empresas industriales en un futuro próximo. La idea es que la fuente de ingresos principal de cualquier empresa industrial será el proveer de contenido útil al cliente del producto vendido. El referente habitual de esta tesis suele ser Apple, por ejemplo, que vendió iPods para después afianzar su posición como comercializador de contenidos a través de iTunes. Otro ejemplo es Siemens, que vende tecnología industrial y desarrolla en paralelo el universo de servicios que interconectan su máquinas para abaratar su mantenimiento. En unos momentos de renovación tecnológica intensa, las empresas están condenadas a conectarse entre sí y trabajar en comandita para evitar perder el tren de su inexorable transformación.