EN BUSCA DE EMPLEO

"Al volver veía que es inútil. Aquí no hay trabajo"

Jorge Guzmán, periodista de 32 años, ve el extranjero como la mejor opción

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Juan Oliver

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Jorge Guzmán Lorenzo es un periodista gallego licenciado por la Complutense que con apenas 32 años ya ha pasado media vida de emigrante en empleos que nada tienen que ver con su profesión. Primero,  en el norte de Inglaterra como empleado de un hotel en el Distrito de los Lagos, en el noroeste del país en el límite con Escocia; luego, como dependiente de una tienda en Toronto, en Canadá, y también en Londres; después, como intérprete de idiomas, modelo fotográfico y extra de spots publicitarios en Taipei, la capital de Taiwán.

Ahora vive en Ferrol, donde trabaja para una televisión local donde empezó como comercial hace unos meses.  Y está dándole la vuelta a la idea de hacer la maleta otra vez y emigrar. "La primera vez que me fui lo hice un poco por la aventura, pero cada vez que volvía veía que era inútil. Aquí no hay trabajo", explica.

Su primer empleo tras terminar la carrera en Madrid fue en una revista online de videojuegos, que dejó para irse al Reino Unido a aprender inglés. Una agencia de colocación le cobró 500 euros y le encontró un puesto en un hotel donde pasó seis meses trabajando a cambio de un pequeño salario, del que la empresa que gestionaba el hotel le descontaba los gastos de manutención pernocta.

En Toronto ganaba un poco más, unos 10,50 dólares canadienses a la hora –unos 6,75 euros- más un porcentaje de las ventas que hacía. En Taiwán quiso colocarse como profesor de español o de inglés, pero sin saber muy bien cómo acabó de modelo publicitario y también haciendo de intérprete.

Entre cada una de esas etapas, volvía a España y buscaba trabajo en lo suyo, pero sin mucho éxito a pesar de que sabe idiomas y tiene un buen currículo. "Lo envié a cientos de empresas, y no es una frase hecha, de verdad. Fueron más de cien, pero no me contestaron de ninguna".

Jorge reconoce que los empleos que ha tenido en el extranjero no le motivaban demasiado, pero explica que los hacía "por supervivencia" y que, quizá precisamente por eso, llegó a ser muy bueno en algunos de ellos. "No me gusta vender. Odio convencer a la gente de que compre algo que en realidad no necesita. Pero en Toronto llegué a tener un buen salario porque me llevaba hasta el 5% de las ventas, y la verdad es que vendíamos ropa muy cara", recuerda.

Además de en la tele, Jorge colabora en un proyecto de diario digital en gallego –Adiante.gal- que se acaba de poner en marcha en su comunidad. Pero los ingresos que tiene ahora no le sirven para sobrevivir sin la ayuda de su familia.

Quizá por eso, y por las ganas de arrancar por fin una carrera laboral que le permita ganarse la vida de manera estable, habla de emigrar justo al revés de como lo hacen la mayoría de los emigrantes. Es decir, como si marcharse al extranjero fuera la forma de regresar a casa, como si tuviAera morriña del resto del mundo. "Tengo ganas de volver", dice.