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Codorniu busca socio para dar liquidez a los minoritarios

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El grupo Codorníu Raventós vive unas jornadas de tensión entre sus accionistas, todos familiares hasta el momento, provocadas por las ofertas de compra de una parte minoritaria, en principio, del capital por parte del grupo inversor internacional Carlyle. Aunque la propuesta inicial de compra sería limitada y orientada solo a los accionistas que buscan lograr liquidez y abandonar el grupo, el interés del fondo sería acabar logrando el control del grupo. Ante ello, la respuesta del equipo directivo ha sido promover el rechazo a la "oferta no solicitada" de Carlyle por parte de todos los socios actuales y a cambio comprometerse a buscar un posible inversor que no pretenda controlar el grupo y cuyos cuyos intereses se adecuarían a los de la actual línea del grupo Codorníu.   

La ventana de oportunidad para entrar en el grupo empresarial, cuya propiedad la forman 216 accionistas de las diferentes ramas de la familia Codorníu-Raventós, que ha encontrado el grupo capital de riesgo Carlyle reside en un conjunto de accionistas descontentos con la actual gestión del tándem Mar Raventós, presidenta de Codorníu, y Xavier Pagés Font, consejero delegado.

Ante la "oferta no solicitada" de Carlyle, la presidenta de Codorníu convocó este miércoles una reunión de urgencia para tratar de convencer a un número mayoritario de accionistas para bloquear su entrada y logró el apoyo de más del 51% del capital. Actualmente el accionariado de Codorníu está formado por 216 miembros de la familia. Mar Raventós estaría preparando una contraoferta para aprovechar la situación y comprar las acciones de los descontentos, a través de la entrada de un inversor minoritario alternativo a Carlyle. 

La entrada de un nuevo socio minoritario significaría que por primera vez en la historia, alguien ajeno a las diferentes ramas de la familia Codorníu entra en la propiedad del hasta ahora grupo familiar productor de cava.

Según la información facilitada ayer por la propia empresa, el grupo calcula que al cierre del actual ejercicio fiscal, dentro de tres meses, habrá alcanzado un ebitda de unos 30 millones de euros y unos beneficios operativos de 11 millones de euros. Estos resultados serán posibles gracias a "la paulatina recuperación del consumo de cava y el crecimiento exponencial del negocio del vino tranquilo en el sector". El grupo posee actualmente 10 bodegas repartidas en España, Argentina y California y 3.000 hectáreas de viñedo propio.