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Piloto comercial: una profesión para ricos o endeudados

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Miquel Muñoz

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Las profesiones que de niños soñamos para nuestro futuro suelen estar ligadas a una gran dificultad para poder llegar a desempeñarlas. La de piloto de aerolínea no es una excepción: además de talento en materias como física o matemáticas y unos nervios de acero, hace falta un músculo financiero personal fuera de lo común para acceder a ella. Y es que el coste de la formación que permite manejar una aeronave comercial puede llegar a los 100.000 euros, una cifra difícil de afrontar para la mayoría de hogares, y que contrasta con la alta demanda de pilotos que se prevé para los próximos años.

El precio para obtener la licencia de piloto comercial (permiso ATPL) varía según la escuela y la vía elegida para alcanzarla. Tal y como explica Juan, un estudiante del grado de Piloto de aviación comercial y operaciones aéreas en CESDA, centro privado adscrito a la Universidad Rovira i Virgili, «hay tres vías». La licencia ATPL se puede obtener de manera integrada mediante un curso de 18 meses al que se puede acceder sin ninguna formación aeronáutica previa; de manera modular, o sea, un proceso largo que consiste en encadenar la obtención de licencias de manera escalonada hasta llegar a la ATPL; y por último, mediante un grado universitario, como es el caso de Juan.

Este grado, aclara Juan, quien pide aparecer con un nombre distinto al suyo para preservar su identidad, «consta de cuatro cursos y 240 créditos, como cualquier otro». Lo que varía es el importe a pagar por la matrícula, de unos «25.000 euros por curso». Este monto es superior ya no solo al exigido en la mayoría de grados universitarios, sino también al precio que pagan muchos pilotos comerciales por su formación. Juan es consciente de ello, aunque aclara la razón por la que se decantó por esta vía: mediante la carrera universitaria se obtiene, además de la licencia de piloto, el título en operaciones aéreas, lo cual es «un modo de asegurar una profesión en el sector para el futuro» ante cualquier posible eventualidad, como una lesión, que pueda apartarle del trabajo de piloto.

Endeudarse

Aunque él no lo ha hecho, Juan señala que es «bastante común» endeudarse para financiar la formación. Con esta afirmación coincide Salvador, otro aspirante a piloto que por razones de seguridad también aporta un nombre ficticio. Salvador cursa la última fase de la formación modular. En su caso, ha tenido que pedir un crédito de 50.000 euros para poder obtener de la licencia, que él calcula acabarán suponiéndole unos 60.000 euros, entre horas de vuelo y demás formación.

Salvador aclara que ha optado por la vía modular porque puede «compaginarla con otros estudios», no por abaratar costes, ya que «la diferencia en ese aspecto no es muy notable». El responsable comercial del Aeroclub Barcelona Sabadell, Jaume Armengol, corrobora esa versión. En ese centro, afirma, «el curso integrado cuesta 64.000 euros», por la horquilla de «entre 50.000 y 70.000 euros» que implica cursar una formación modular.

Caso contrario al de Salvador es el de Carlos, quien también pide aparecer con un nombre distinto al suyo, un estudiante para piloto comercial en Sevilla que lleva a cabo una formación integrada. Carlos se inclinó por esta vía por dos motivos: por un lado, con esta modalidad puede «cumplir su sueño de ser piloto» en solo 18 meses; por otro lado, afirma, hay «voces» en el sector que aseguran que desde las aerolíneas se valora mejor a un candidato proveniente de una formación integrada antes que a un piloto formado mediante la vía modular. La familia de Carlos lleva 10 años, momento en el que decidió cuál sería su futuro profesional, ahorrando para hacer frente a los 80.000 euros que abonará por 18 meses de formación integrada.

Para quien la aviación es ya una realidad es Julen –nombre ficticio–, quien es un joven piloto vasco que desde hace algo más de dos años trabaja en una compañía de bajo coste. Julen no considera endeudarse como una buena opción, ya que los sueldos «pueden dificultar la devolución del crédito». Además, recalca Julen, una vez un piloto es contratado debe pagar la habilitación para el modelo de aeronave que va a manejar, algo que supone otro gasto que oscila entre 20.000 y 30.000 euros. «Antes esos cursos los solía pagar la aerolínea, pero ahora lo hace el piloto», añade.

Si tras la formación encuentran trabajo, optarán, eso sí, a salarios muy por encima de la media. Un copiloto que ingrese en Vueling cobra 13.188 euros brutos fijos al año más variables, pudiendo llegar a los 51.515,48 euros al subir de nivel. El salario fijo bruto sin variables de los pilotos va, según la categoría, de los 64.177,83 a los 110.764 euros.

El mercado precisará de hasta 637.000 profesionales en los próximos 20 años

El mercado de la aviación está en un gran momento de crecimiento: según la <strong>Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA)</strong>, el número de pasajeros estará cerca de duplicarse dentro de 20 años, hasta llegar a los 7.800 millones.