APUESTA DE UNA MULTINACIONAL

Ammeraal Beltech designa la planta de Barberà del Vallès como centro productor de cintas para todo el grupo

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Albert Segura

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Aterrizar en un aeropuerto e ir a recoger el equipaje es una de las tareas habituales para millones de viajeros que cada año se mueven por todo el mundo, aunque poca gente cae en la cuenta de que si pueden recoger sus pertinencias es gracias a unas cintas transportadoras que han servido para trasladar cualquier tipo de maleta de un punto a otro del edificio. La empresa Ammeraal Beltech se dedica a la fabricación de estos elementos, y de hecho es líder en sectores como el de la automoción o la alimentación.

La planta de Ammeraal Beltech situada en Barberà del Vallès y donde reside su central en España, ha sido nombrada como el centro de manipulación para la confección de Bandas para impresión textil (Printing Blankets) para todo el Grupo a nivel mundial. Ahora, la gestión que se hace desde la localidad vallesana tiene repercusiones en todas las delegaciones del grupo, repartidas por todo el globo. Con esta nueva función, la planta tiene previsto incrementar su facturación este 2018 un 10%.

Ammeraal Beltech nació en Holanda en 1950 de la mano de Thomas Ammeraal, que inventó un tipo de cinta transportadora tejida sin fin para utilizarse en el sector de la alimentación, concretamente en la producción de galletas. La firma aterrizó en España en 1965, en el área metropolitana de Barcelona, donde la fama de la actividad industrial del entorno de la capital catalana sentaba un precedente de éxito empresarial. Desde el Vallès se dirige el conjunto de cinco delegaciones repartidas por toda España, situadas en Valencia, Murcia, Sevilla, Madrid y Bilbao.

“Lo que hacemos son bandas de transporte y de proceso, movemos cualquier producto industrial de un punto a otro, lo que se aplica en sectores como el de la alimentación, en fábricas de pan o galletas o para trocear pollos, pero también en sectores como el de la automoción, para trasladar vehículos en su proceso de fabricación de un extremo a otro de la línea”, explica Eduard Balaguer, director general.

El crecimiento de la firma dio pie a la creación de las actuales nueve fábricas en distintos continentes, con más de 2.500 empleados, 28 filiales y con presencia en más de 150 países. “Trabajamos con bobinas enormes, de tres o cuatro metros de ancho y 100 o 200 metros de largo, y partiendo de ellas, cortamos lo que necesita específicamente el aeropuerto de Alicante, el de Mallorca, por ejemplo, y la montamos en su máquina”, explica Balaguer.

En España, emplea a 103 personas, 65 de las cuales se encuentran en la central de Barberà del Vallès, un edificio adquirido en 1988 con 8.000 metros cuadrados situados en una parcela de más de 11.000 metros cuadrados. La firma facturó 33,5 millones de euros en 2017, un 10% más que el año anterior, y en línea con el aumento previsto para este año.