Lupa en el supermercado

Aterrizar en un país gracias a un contrato es lo que ha hecho Grupo Alto, la firma chilena que nació para acabar con hurtos empoderando a los ciudadanos (www.grupoalto.es). Ha llegado a Barcelona con un primer encargo firmado con Caprabo. La cadena catalana descubrió su sistema de trabajo que previene la desaparición de producto en tiendas, en un congreso mundial sobre prevención de pérdidas en superficies comerciales. Y fichó sus servicios.

¿Cómo funcionan? Primero se estudian las vulnerabilidades de cada establecimiento. Se estima que en España se producen al año 1.800 millones de euros de pérdidas desconocidas en el sector 'retail' (según datos de la AECOC). Eso es: la diferencia entre el inventario de productos con el que se cree que se cuenta, y lo que en realidad se tiene, en tiendas y mercados minoristas. Y se calcula que de esas pérdidas, aproximadamente el 20% se deben a fraudes de los propios trabajadores; el 60% desaparece en hurtos, y el restante se debe a errores de procedimiento.

Un 'software' diseñado por Grupo Alto combina información de la propia empresa y la que aportan sus empleados, con datos de la industria en general, para radiografiar el riesgo objetivo de robo y pérdidas.

Formar e informar

Tras ese diagnóstico, "preparamos cursos de formación y campañas de sensibilización de los empleados para involucrarlos en la detección y prevención de las pérdidas", explica la directora general del grupo en España, Alejandra Mardones. Y, si se registra un delito, "cada establecimiento tiene asignado a un abogado que acompaña a realizar la denuncia policial y, si es necesario porque hubiera habido violencia, también el parte médico", señala Mardones.

Se trata de disuadir al delincuente empoderando a los empleados con información y preparación para detectar y denunciar. De hecho, el sistema integral del Grupo Alto también analiza el por qué no se denuncia. Miedo, pérdida de tiempo al ir a denunciar y juicios a largo término o denuncias sin efectividad son las causas más frecuentes. "Uno de los valores de nuestro servicio es que le quitamos todo ese problema al encargado de la tienda", precisa Alejandra Mardones.

Sello de protección

El modelo de negocio se basa en el cobro de una cantidad fija al mes por los servicios contratados en cada tienda, con una duración mínima de 18 meses para poder hacer el seguimiento completo de la reducción efectiva de pérdidas, que puede llegar a ser de hasta un 70%.

El equipo del grupo chileno desembarcó en España en abril del pasado año. Tiene su sede en Barcelona, donde trabajan 17 personas en coordinación con una veintena de colaboradores en diferentes países. Empezó en 50 supermercados de Caprabo en la ciudad de Barcelona y ahora opera en todos los de esa firma en el Área Metropolitana. Hasta el momento ha invertido aquí 1,5 millones de euros y el próximo año espera facturar 2 millones, y empezar a aplicar su método antipérdidas también en centros de distribución.