CEMENTERA

Lafarge celebra su centenario en Montcada

La compañía reafirma su intención de mantener la actividad en la planta vallesana

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ALBERT SEGURA / MONTCADA I REIXAC

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Lejos de echar el cierre, la cementera de Montcada i Reixac tiene cuerda para tiempo. La multinacional Lafarge celebró este viernes los 100 años de la actividad en la planta vallesana, una  fábrica que ha generado tanto riqueza a nivel local como protestas por los efectos nocivos que tanto el ayuntamiento como los vecinos aseguran que tiene contra la salud. La dirección de Lafarge insiste en que cumple todos los requisitos medioambientales, y asegura que trabajará para permanecer en esta zona, si puede ser, cien años más.

Una gran lona visible desde la autopista, la C-17 y desde todo la ciudad, con el lema “100 años haciendo cemento”, anuncia a bombo y platillo el aniversario. La firma celebró este viernes una gran fiesta con 350 personas, entre las cuales muchos miembros de la plantilla actual y exempleados de la planta, con el fin de dar el pistoletazo de salida a un conjunto de actividades para conmemorar el primer centenario de la fábrica. "Catalunya es una región innovadora y transformadora, y estaremos aquí para dar soluciones a los productos para un futuro esperanzador, de eficiencia energética y adaptado a buscar nuevas soluciones”. De este modo se ha pronunciado José Luis Coleto, director de la fábrica, que ha asegurado que no tienen ningún tipo de intención de moverse de donde están.

La planta nació en 1917. El conde Eusebi Güell fundó en 1901 la Compañía General de Asfaltos y Portland Asland, por lo que buscó un emplazamiento donde construir la segunda fábrica del grupo, después de la de Castellar de n’Hug. Montcada fue elegida por su cercanía con el Puerto de Barcelona, por la proximidad con la red ferroviaria y la existencia de piedra calcaria en el Turó de Montcada.

Desde entonces, la fábrica ha crecido, así como su actividad, con varios hornos visibles desde la carretera y que producen el cemento que más tarde se utiliza para construir toda clase de edificaciones. Aun así, y a pesar de que muchos montcadenses han trabajado en la planta al largo de su historia, su actividad ha levantado muchas críticas entre vecinos y Ayuntamiento, cuyo gobierno no participó en los actos de celebración del centenario.

Una de las imágenes recordadas en la zona es la nube de polvo que rodeaba la planta, pero con el paso del tiempo la firma ha adoptado los estándares legales de contaminación atmosférica, con lo que la afectación medioambiental se ha reducido de manera considerable. "Los tiempos han cambiado, la fábrica está limpia, no hay polvo, está integrada en el entorno urbano, se ha invertido para aplicar mejoras técnicas como la instalación de filtros”, asegura Coleto.

Por ello, la empresa mide la emisión de partículas a través de una pantalla que se encuentra en el corazón de la planta, en el control central, unos datos que también tiene la Generalitat a tiempo real, y que tiene que garantizar el control de emisiones procedente de la fábrica.

Ahora, la firma, que genera unos 300 puestos de trabajo directos e indirectos y asegura haber generado una riqueza en la zona equivalente a los 18 millones de euros, asegura que seguirá trabajando para seguir en Montcada, por lo que será necesaria mucha pedagogía e intentar estrechar los lazos con la ciudad que la acoge.