El Govern promoverá un código de conducta de la economía colaborativa

El Govern impulsará la creación de un código de buenas prácticas para el sector de la economía colaborativa, aunque se dirigirá especialmente a los ámbitos de alojamientos turísticos (Airbnb) y transporte (Uber). Lo ha afirmado el secretario de Economia, Pere Aragonès, durante una comparecencia en el Parlament.

Aragonès ha defendido esta medida como complemento de una necesaria regulación, porque este tipo de actividades se mueven a mayor velocidad que la capacidad de legislar. Ante las críticas especialmente de Joan Coscubiela, de Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP) y de Eulàlia Reguant, de la CUP, que han defendido distinguir entre la economía "realmente colaborativa" y de base asociativa; y la que tiene ánimo de lucro, el secretario ha manifestado que se trata de regular "la actividad, no la intencionalidad".

MALESTAR

A su vez ha explicado que precisamente Airbnb o Uber, que ellas mismas han confesado que no se consideraban parte de la economía colaborativa son las que han generado más malestar entre ciudadnaos, la una; y taxistas, la otra. "Tenemos que entrar en el tema de Airbnb y Uber por las externalidades que provocan y la posible competencia desleal"·. A su juicio, el Govern "debe abordar la totalidad de los problemas", sino sería "como tener un elefante en esta sala y hacer como que no lo vemos".

Aragonès ha avanzado que "en las próximas semanas" el Govern dará a conocer las conclusiones de la Comisión Interdepartamental sobre la economía colaborativa, creada en abril del año pasado y en la que participan diversas 'conselleries'. A su juicio, se deben buscar "acuerdos de colaboración" con plataformas tecnológicas del ámbito de la economía colaborativa para poder tener acceso a sus datos, por ejemplo, que, a su vez puedne servir para enfocar políticas públicas.

ASISTENTES RECAUDADORES

También ha defendido que estas plataformas deben ser "asistentes recaudadores" de las actividades relacionadas con la economía colaborativa que se anuncian en ellas. A finales del año pasado anunció que incluiría en la ley de acompañamiento de los presupuestos la obligación de que las plataformas tecnológicas que anuncian viviendas de uso turístico, como Airbnb, recauden la tasa turística.

Aragonès no ha avanzado propuestas concretas que plantea el Govern para regular de forma "necesaria" pero "proporcional" el fenómeno de la economía colaborativa, "sin ser un freno a la innovación". Una de las prioridades e, ha dicho, definir "cuál es el límite entre una actividad particular y una profesionalo empresarial".

La comisión interdepartamental creada por el Govern abrió un proceso participativo sobre esta materia que se ha saldado con más de 200 aportaciones. Las entidades o personas que han participado en dicho proceso han reclamado, mayoritariamente, que las plataformas que operan en el ámbito de la economía colaborativa se limiten a conectar oferta y demanda, sin hacer ofertas de servicios.

En esta línea, el Govern está dispuesto a aceptar, por ejemplo, que un particular ponga en alquiler una habitación de su piso, pero con un límite temporal y bajo determinadas condiciones.

El debate sobre la economía colaborativa se ha crispado en sectores como el de los alojamientos turísticos y, en especial, en el del transporte de viajeros, por la polémica que ha creada entre los taxistas..