NUEVA ERA EN LOS INTERCAMBIOS COMERCIALES

El papel de las monedas

MONEDAS DE EURO

MONEDAS DE EURO / red

JOSEP-MARIA URETA / BARCELONA

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Si una moneda de un euro mide 2,3 centímetros y pesa 7,5 gramos, debería equivaler a que una moneda de 10 euros midiera más de un palmo y sus 75 gramos de peso nos descoserían el bolsillo. Con 30 de esos euros de metal en la chaqueta, casi andaríamos mal. Desde que esa proporción se desechó hace siglos, incluida la nobleza de los metales que la componen, se empezó a justificar la adopción del papel moneda. Diez euros vegetales, de algodón bien tratado, miden 12,7 centímetros y su peso se calcula en miligramos.

Sin embargo, es universal que no hay ciudadano que no sepa si le conviene aceptar monedas o papel moneda en sus intercambios diarios. En plan disruptivo aparece Keneth S. Rogoff y dice que hay que reducir el papel moneda en un proceso de lenta extinción, hasta que todas las miles de millones de transacciones diarias que exigen pago y cobro se hagan o con las monedas de metal de toda la vida (monedero, o también la caderilla en el móvil) o con transacciones digitales.

La propuesta es importante por quién lo dice y por cómo lo justifica. Rogoff (economista jefe del FMI en el 2002) saltó a la fama del mundillo económico, siempre restrictivo, por haber escrito junto a Carmen Reinhart en el 2009 la monumental "Esta vez es distinto, ocho siglos de necedad financiera". Fue el ariete contra quienes habían predicado hasta un par de años antes la perfección del sistema financiero que explosionó en octubre del 2008 y sus efectos siguen vigentes.

Rogoff, un consumado y reconocido analista de las políticas monetarias propone ahora que una de las maneras de domesticar mejor los ciclos y las crisis económicas que devastan vida y hacienda de millones de ciudadanos del mundo es reducir el papel moneda en circulación ('Reduzcamos el papel moneda'. Deusto). Parece simplista, pero acaba siendo sencillo al leer esta obra que llega a ser amena por su voluntad expositiva. Regresando al ejemplo del principio, un par de preguntas de fácil respuesta, aunque capciosa ¿cuál es el billete de más aprecio y circulación en las grandes economías del mundo? ¿Quiénes son los que más los utilizan?

Pues eso: los cien dólares (la broma de llamarlos benjamín desconoce que se denominan así en honor del presidente  Benjamin Franklin grabado en su anverso) y los 500 euros (morados, se supone por cómo quedan sus poseedores),  ¿quiénes los tienen? Delincuentes: traficantes de drogas y armas, evasores fiscales, especuladores inmobiliarios. Cuanto menos se impriman esos billetes, más fácil es perseguir a mafias globales si se ven abocadas a las transacciones que dejan huella digital. Es obligatorio precisar que Rogoff, además, proporciona en su ensayo abundante y bien resumida doctrina sobre por qué los estados quieren mantener su potestad de imprimir moneda (el señoreo, en el argot académico), cómo conseguir esa supresión del papel moneda a largo plazo y la protección que debe prestarse a quienes en su modesta economía solo tienen monedas.

Conoce bien Rogoff la creación del bitcoin (criptomoneda en el argot), sus aplicaciones, carencias y éxitos, aunque no es objeto de su estudio. No por ello debe obviarse uno de los  ejemplos de cómo la era digital financiera aporta ofertas impensables hasta hoy y atractivas. Es el caso del sistema de pago blockchaine , una cadena bloques informáticos de relación contractual sencilla y segura, del que hace unas semanas hizo un elogio en un coloquio en el Ateneu de Barcelona Genís Roca.

Este arqueólogo dedicado a asesorar empresas sobre la transformación digital que todo lo penetra, advierte que no debe relacionarse el bitcoin con la desaparición del papel moneda, porque son fenómenos distintos. Para entender  sus posibilidades, Roca pone un ejemplo atractivo de contratos inteligentes y de lo que va a ser la relación bilateral, persona-servicio (P2P para iniciados, de tú a tú para el resto de mortales). Usted compra en la red un billete de avión de Barcelona a Quimbambas (palabra angoleña implantada en Cuba). Efectuado el pago, quedan incorporados todos los derechos de indemnización en caso de incumplimiento, retrasos, pérdidas de equipaje… Un contrato de resolución inmediata. Nada de mostradores, colas, quejas, argucias… En el saldo de la cuenta personal (blockchaine es cadena de bloques sin mediador) se ingresa la compensación.

Atrae tanto la teoría de Rogoff como la praxis de Genis Roca.