Viaje al corazón de Zara

De Zaragoza al mundo entero. Millones de mujeres de los cinco continentes tienen en sus armarios una prenda con la etiqueta de Zara, que cuenta hoy con 2.213 tiendas repartidas en 93 países. Esta inmensa y exitosa red comercial se alimenta desde el polígono Plaza de la capital aragonesa, donde el grupo Inditex Inditex puso en marcha hace 14 años un macrocentro logístico que hoy mueve cada semana más de seis millones de prendas femeninas, las que suponen el grueso de ventas de la marca. La automatización de procesos y el dinamismo del aeropuerto de Zaragoza hacen posible el prodigio de que logre abastecer a todos los establecimientos, ya sea a Japón, México o Nueva Zelanda, en un máximo de 48 horas y hasta dos veces por semana. EL PERIÓDICO ha visitado esta instalación en exclusiva para conocer sus secretos.

Este gran complejo de casi 200.000 metros cuadrados construidos es una pieza clave en el milagro de Zara, la enseña líder de la multinacional gallega (el 66% de la facturación). Comenzó a funcionar en mayo del 2003 con el nombre de Plataforma Europa ya que inicialmente abastecía a las tiendas Zara del continente. El desembarco de Inditex cayó como un premio Gordo para Plaza y el sector logístico de Zaragoza, donde actuó de locomotora e imán de otras millonarias inversiones como Decathlon o BSH. Desde entonces, las magnitudes del centro han crecido a un ritmo vertiginoso, como suele ocurrir con todo lo que toca la compañía de Amancio Ortega. En el 2016, se distribuyeron desde aquí 324 millones de prendas de mujer, es decir, más de seis millones de unidades a la semana o unas 35.000 a la hora. De esta manera, está a punto de duplicar la actividad registrada cinco años atrás (170 millones en el 2012).

El imperio gallego de la moda cuenta en estos momentos con una plantilla fija cercana a los 1.100 empleos en la base logística de Zaragoza, una cifra que se incrementa año a año y que ya casi triplica la que había en sus inicios (400 personas). En los periodos de máxima actividad llega a superar los 1.500 trabajadores.

UN GRAN 'SCALEXTRIC'

En la planta de Zara todo es a lo grande: cintas transportadoras kilométricas, estanterías industriales cuyo final no alcanza la vista, castillos de cajas de cartón.... Un auténtico 'Scalextric' que recorre los 180.000 metros cuadrados de superficie (unos 18 campos de fútbol) que componen la nave principal. Con estas dimensiones no es de extrañar que el personal tenga que moverse a veces en bicicleta. La sensación de inmensidad se hace patente, pero todo guarda un perfecto orden.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Zaragoza, el tercer aeropuerto en carga","text":"Inditex ha encontrado en el aeropuerto de Zaragoza el aliado perfecto para sus env\u00edos internacionales. La terminal, a solo tres\u00a0kil\u00f3metros de la planta, ofrece una agilidad y rapidez que dif\u00edcilmente pueden prestar los grandes aer\u00f3dromos. \u00a0El 40% de la carga a\u00e9rea del grupo se mueve v\u00eda Zaragoza, con rutas regulares a Am\u00e9rica, Asia y Europa -Abu Dhabi, Doha, Beijing, Dubai, Luxemburgo, M\u00e9xico, Mosc\u00fa o Nueva York, son los principales destinos-. El efecto Zara ha sido tan extraordinario que Zaragoza es el tercer aeropuerto de Espa\u00f1a en tr\u00e1fico de mercancias y disputa el segundo puesto a Barcelona, un sorpaso que todo apunta a que se materializar\u00e1 este a\u00f1o."}}

El trasiego de camiones es incesante. Unos 600 vehículos de carga llegan cada semana hasta este centro cargados de la ropa que sale de las fábricas del gigante textil y otros tantos salen con destino a las tiendas de España y Europa. Por vía terrestre arriban y parten dos tercios de la producción; el tercio restante se mueve a través del aeropuerto de Zaragoza. Al contrario de lo que se cree, no todo viene de China. El 40% del género procede de proveedores de lo que Inditex llama «zona de proximidad» (España, Portugal, Marruecos y Turquía, fundamentalmente). Por ahora, no hay ninguno de Aragón.

En la parte destinada a ropa doblada, las cintas transportadoras cuelgan a diferentes alturas y mueven a gran velocidad miles de prendas que, como por arte de magia, acaban depositadas en su correspondiente caja por medio de pequeños toboganes. Cada caja se llena con un 'mix' de las tallas y productos que precisa cada tienda: Nueva York, Bogotá, Abu Dhabi, Barcelona o Moscú son algunos de los nombre que pueden leerse en los paquetes. Todo bajo el control de un programa informático que aplica las órdenes con un complejo sistema de algoritmos. «Apenas se producen fallos», apuntan desde la empresa.

Y es que, el despliegue de tecnología es uno de los rasgos que destacan, con escáneres por doquier que cuentan y clasifican la ropa. El trabajo manual es casi inexistente porque las máquinas lo hacen casi todo. El otro concepto que impera es la inmediatez. La mayor parte de la ropa entra y sale del centro con gran rapidez, sin permanecer apenas 24 horas. «Esto no es un almacén. El estoc es limitado y dinámico. Apenas se guarda producto», precisan.

ROPA CON DNI

La zona más espectacular del complejo –y la más nueva– es un colosal silo de prenda colgada que se construyó en el 2012. Es el mayor de Europa, con 17.000 metros cuadrados de planta, 33 metros de altura y capacidad para cinco millones de prendas. Este singular edificio funciona de forma totalmente automática y es punta de lanza de la estrategia logística del grupo. Actualmente está en operación el 50% de su espacio y es por tanto uno de los frentes de crecimiento para los próximos años.

A nivel interno, la planta comparte podio logístico con los centros de Meco (Madrid) y Arteixo (A Coruña), al tener los tres un tamaño similar. A continuación figuran los centros logísticos de Tordera y Palafolls (Maresme) y Cabanillas (Guadalajara). En lo que sí suele ser aventajado es en la implantación de innovaciones. Es el caso del último gran ingenio del grupo como es la tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, en sus siglas en inglés), una especie de DNI que se inserta en la alarma de cada prenda antes de que comience a circular por el carrusel del centro de distribución. «Para nosotros ha sido una verdadera revolución», aseguran. Este sistema, implantado ya en casi el 100% de las tiendas, es el que permite a las dependientas saber en todo momento cuantas unidades y tallas tienen en el establecimiento sin necesidad de ir al almacén.

AMPLIACIÓN

El impacto laboral y económica trasciende las paredes de este gran complejo. Para empezar, su proveedor Apyl Textil (filial del grupo gallego Jevaso) emplea a 350 personas en dos plantas de 10.000 metros ubicadas también en Plaza (una comunicada con la nave de Inditex por un túnel subterráneo). Otros cientos de empleos más se generan en el transporte por camión, del que se encargan principalmente Breogan (Dusher), Marcotran, Grupo Sese y Carreras –estas tres últimas aragonesas–.

Inditex ha agotado la disponibilidad de espacios en su parcela de Plaza, de 230.000 metros cuadrados. La posibilidad de una nueva ampliación pende desde hace años. Aunque el grupo no suelta prenda sobre sus planes, el ritmo de crecimiento de Zara apunta a nuevas inversiones.