El pacto industrial de Catalunya avanza a la espera de recibir fondos

La industria se ha convertido en uno de los pilares de la recuperación de la economía en España y, especialmente, en Catalunya. La producción y el empleo siguen creciendo gracias primero a las exportaciones y ahora también a la demanda interna. Pero el sector funciona con piloto automático ya que la hoja de ruta consensuada que había reclamado a la Generalitat, el pacto industrial de Catalunya, se encuentra todavía en negociación aunque en la recta final.  

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Los sindicatos y las patronales consideran que ha llegado el momento de que la Generalitat demuestre con hechos su voluntad de apoyar el sector productivo después de varios años en que el Gobierno de CiU se mostrara casi impermeable a las demandas de las entidades sociales y sectoriales. Después de ocho meses de negociaciones, las seis comisiones creadas para impulsar el pacto industrial tienen prácticamente acabado su trabajo o muy avanzado a la espera de que la Generalitat concrete el presupuesto que dedicará a las medidas previstas durante este año y los siguientes.

FONDOS ADICIONALES

Otro de los puntos pendientes de incorporar al pacto son los objetivos y el método de evaluación del cumplimiento del acuerdo en cada una de las medidas que se incluirán. Los sindicatos son los que se muestran más reacios a firmar el acuerdo si finalmente no incorpora fondos que consideren suficientes y adicionales a lo que venía destinando el Govern a la industria. 

"No vamos a firmar una declaración de intenciones. El pacto industrial tiene que tener una dotación presupuestaria suficiente", advierte Javier Pacheco, que hasta principio de marzo era secretario general de la Federación de Industria de CCOO y que se presenta como candidato para dirigir el sindicato en Catalunya. 

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Para Nardi Fuertes, secretario de política sindical de la Federación de Industria de la UGT de Catalunya, "el sindicato tiene que ver cómo acaba el conjunto del texto del pacto y evaluar el presupuesto que se dedicará a las medidas" para decidir si estampa su firma en el acuerdo. Durante las reuniones llevadas a cabo hasta ahora, los sindicatos han ido incorporando enmiendas con el fin de que aparezcan compromisos sociales, como por ejemplo el respeto a los convenios de referencia en los concursos públicos de la Generalitat y en las subcontrataciones entre empresas.      

MÁS RECEPTIVIDAD

La patronal Pimec aprecia una mejora en la receptividad por parte de la Administración y en general a la necesidad de llevar a cabo una política de apoyo a la industria. "En el 2008, cuando empezó la crisis, la visión industrial molestaba pero ahora todo el mundo está convencido de que hace falta una política industrial porque es un sector que, aunque no da rendimientos especulativos, actúa como cojín cuando hay una crisis", indica Moisés Bonal, responsable de estudios de Pimec. La patronal se ha mostrado crítica en los últimos años por la falta de apoyo de las administraciones a las empresas en el objetivo de la internacionalización.  

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La Generalitat reconoce que en las últimas semanas ha habido avances importantes, aunque destaca que "todavía queda trabajo por hacer", especialmente en alguna de las seis comisiones abiertas que no han acabado sus trabajos a diferencia de otras que sí han entregado ya un borrador. Las previsiones con las que trabaja el departamento de Empresa i Coneixement son que el texto global del pacto pueda estar listo alrededor de mayo, según fuentes de la 'conselleria'.

ÓRGANO DE CONCERTACIÓN

El titular de Empresa, Jordi Baiget, destacó en una reciente intervención en la Cambra de Comerç de Barcelona como uno de los avances del pacto la transformación del Consell Català de l'Empresa en un "órgano consultivo permanente de concertación de las políticas productivas". "El Govern apuesta claramente por el consenso, por ser ser socios con la economía productiva y destinar recursos públicos para facilitar el cambio", indicó Baiget.   

La "recuperación del espacio de concertación social en el ámbito de la industria" a través de ese consejo ha sido uno de los elementos claves para implicar a los agentes sociales, que en los últimos años se habían quejado de la pérdida de relevancia a la hora de opinar sobre las políticas de futuro. 

El gruión del pacto industrial se basa en las recomendaciones de la alianza +Indústria, formada por los sindicatos, las patronales, las universidades y los colegios profesionales, que lograron el apoyo del Parlament para instar al Govern a poner en práctica sus propuestas. Fue la plasmación del cambio de rumbo que ordenó el presidente, Carles Puigdemont.