MWC

La telefonía móvil 5G revolucionará la vida, pero también al sector tecnológico

Un asistente al Mobile World Congress.

Un asistente al Mobile World Congress. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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El 5G está en la boca de todos y en los proyectos inmediatos de la mayoría de las empresas asistentes al Mobile Word Congress que se celebra esta semana en Barcelona. No es para menos. El futuro de las tecnologías móviles pasa por la revolución de los usos y aplicaciones, pero para ello es necesaria una revolución tecnológica ya en marcha que multiplique la velocidad de transmisión hasta cotas inimaginables hace solo una década. En el 2020, el 5G será una realidad para los usuarios de teléfonos móviles.

Se espera que la tecnología 5G sea uno de los desarrollos tecnológicos más importantes de nuestro tiempo. Conectará billones de "cosas" que no han sido conectadas antes, sumando inteligencia artificial y datos en automóviles, hogares, edificios, fábricas, ciudades e infraestructuras. En torno al 5G son múltiples las empresas que desarrollan sus aplicaciones, mientras la Administración es la encargada de poner la alfombra roja del espacio radioeléctrico para permitir futuros desarrollos. En una primera etapa debería notarse una mejora de los servicios 4G, la mejor cobertura en zonas rurales. Se espera que en solo cuatro años el 5G ya esté operativo. Las medidas de apoyo impulsadas por la Unión Europea, de liberalización del espacio radioeléctrico, deberían "permitir la introducción a gran escala de servicios digitales innovadores como la medicina a distancia, los coches conectados o las ciudades inteligentes", aseguró recientemente la Comisión Europea. 

COSTES

La mejora en el rendimiento de las redes 5G va a suponer un mayor coste, según la consultora Oliver Wyman. El 5G utilizará, en su mayoría, frecuencias más altas que el 4G, lo que reduce el alcance de las antenas a un tercio o menos, por lo que Oliver Wyman estima que Europa necesitará construir 200.000 nuevos puntos de antenas. La construcción de estos espacios tendría un coste aproximado de 15.000 millones de euros, a lo que habría que sumar los importes de gestión y mantenimiento, que igualarían la inversión inicial. Por desgracia, estos costes llegan en un momento en que los ingresos de los operadores de redes móviles son, en el mejor de los casos, estables, y el flujo de caja y la rentabilidad han disminuido, teniendo que reducir costes. Sin enfoques distintos, los operadores no podrán permitirse el lujo de construir redes 5G.

FUSIONES

En opinión de Oliver Wyman, las operadoras estarán obligadas a alianzas estratégicas y fusiones entre ellas para compartir costes. "A ninguna compañía le resultará rentable establecer una red 5G de manera propia e independiente. Estimamos que un 15%-20% de estos 200.000 nuevos puntos van a ser desplegados por una sola operadora, pero el resto de ellos se establecerán gracias a alianzas, que en muchos casos aún no se han acordado", asegura la consultora.

AUGE DE LAS FIRMAS TECNOLÓGICAS

Otro de los fenómenos asociados a la expansión del 5G será el auge de las compañías tecnológicas. Mientras que las operadoras se resienten financieramente, compañías como Samsung y de Apple han logrado una base de clientes e ingresos estables. Firmas como Google o Facebook son los protagonistas de la escena tecnológica dejando en evidencia la debilidad de las operadoras. 

Rafa Asensio, socio y director global del área de Comunicaciones, Medios y Tecnología en Oliver Wyman, advierte de que "una red amplia de 5G en zonas urbanas de alto tráfico podría convertirse en una fuerte oposición al cable y la fibra, hasta ahora consideradas como las únicas formas viables de hacer frente a un elevado volumen de datos".

DESARROLLO EN EUROPA

Los servicios de difusión que actualmente utilizan con prioridad la banda de 700 megahercios -como la televisión digital o los micrófonos inalámbricos- mantendrán su prioridad en la franja entre 470 y 694 megahercios al menos hasta el 2030, dependiendo de las necesidades nacionales. Los países europeos tienen que presentar para junio del 2018 la hoja de ruta para implementar la medida en su territorio, y aquellos que no puedan aplicarla para el plazo de 2020 podrán recibir dos años adicionales para hacerlo cuando existan necesidades técnicas o financieras justificadas.