La banca italiana se desploma en Bolsa ante las dudas sobre la morosidad de varias entidades

Una sucursal de Unicredit, uno de los bancos con dudas sobre su morosidad.

Una sucursal de Unicredit, uno de los bancos con dudas sobre su morosidad.

EL PERIÓDICO / ROMA

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Si hay una cualidad que necesita la banca para funcionar es la confianza. Y cualquier circunstancia que la ponga en duda puede hacer tambalear todo el sector. Es lo que ha sucedido este miércoles en Italia, dónde la noticia de que el Banco Central Europeo (BCE) ha requerido más datos a varias entidades financieras italianas acerca de su nivel de morosidad y el riesgo real de los préstamos concedidos ha provocado una fuerte caída de los valores bancarios y ha arrastrado a la bolsa transalpina a un bajón de casi el 5% (4,83%). Las dudas sobre la banca añadieron más presión para vender en la Bolsa de Milán, en una jornada en la que los parquets ya estaban muy lastrados por las noticias internacionales.

Las mayores caídas las ha protagonizado la banca BMPS (Monte dei Paschi di Siena) que ha cerrado la sesión con un descenso de su valor del 22,20%, y ello a pesar de que en varios momentos de la sesión las autoridades bursátiles han decidido suspender su cotización. No ha sido ni el único banco que ha sufrido una debacle, ni tampoco el único día en el que el sector financiero italiano está padeciendo en los mercados, pero este miércoles ha sido un momento álgido. Además del BMPS, otros bancos afectados han sido la Banca Popolare, que cerró con unas pérdidas del 10,77%, aunque llegó a caer un 14% durante la sesión. También registraron fuertes descensos UnicreditBanca Carige, Intesa Sanpaolo y Ubi Banca.

CONTROLES DE LOS PRÉSTAMOS

Varias de estas entidades informaron el pasado lunes a requerimiento del Consob, el supervisor italiano de los mercados, de que el BCE ha comenzado una evaluación sobre la estrategia, gobernanza, procedimientos y metodologías para la valoración de la cartera de préstamos en riesgo de mora de estas entidades. La actuación del BCE en su papel de supervisor bancario europeo ha desatado las especulaciones sobre la posibilidad de que las entidades italianas puedan verse forzadas a asumir amortizaciones adicionales, así como sobre la supervivencia en solitario de algunas ellas.

Los inversores están muy inquietos por un posible retraso en la consolidación del sistema bancario italiano y por el gran volumen que aún persiste de créditos dudosos, que superan los 200.000 millones de euros, una cifra récord de los últimos 20 años.

RESPUESTA INSTITUCIONAL

La gravedad de estas caídas ha provocado incluso una intervención pública del Gobierno de Italia para intentar calmar a los inversores. El ministro italiano de Economía, Pier Caolo Padoan, informó de la situación al primer ministro, Matteo Renzi, en una reunión con el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, y aseguró al salir que no habían detectado "ninguna preocupación específica por la banca" italiana. Pese a ello, Padoan consideró necesario emitir a los medios un mensaje de tranquilidad: "Se registran hoy grandes turbulencias que reflejan los impulsos a nivel internacional. A pesar de esto, hay una solidez en el sistema bancario italiano que va hacia delante y que no sin razón es considerado uno de los más fiables y atractivos en los que invertir". 

El Gobierno italiano ha insistido en que los datos y controles que el BCE está exigiendo a la banca de su país son iguales que los que han reclamado a entidades financieras de otros Estados. Pero, de nuevo, la confianza de los inversores no parece ser la misma en los diferentes países. Hasta el punto de que incluso se ha visto forzado a hacer declaraciones sobre esta crisis el presidente de la Comisión EuropeaJean-Claude Juncker, quien ha resaltado que "no hay riesgo de una crisis bancaria mayor", durante una rueda de prensa en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.