APRESTO DOMINICAL

Balance en tres balanzas

La tensión centro-periferia de los comicios en Catalunya y España ha acabado sepultando, por su tergiversación, datos de fácil acceso y que apenas se usan en el debate público.

politica fiscal financiera

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JOSEP-MARIA URETA

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Se cumplen dos años justos desde que, con motivo del Any Internacional de l’Estadística, el profesor de la UAB Manel Pons escribió un artículo que habría que rememorar cada diciembre. Se titulaba El cens de Quirí i el pessebre de Betlem. Con un gran respeto a la tradición cristiana, pero deudor de su deber científico, explicaba que los evangelios de Lucas y Mateo referían el nacimiento de Jesús en una época de recogida de datos (José debía ir de Nazaret a Belén, 110 kilómetros, con la mujer embarazada y a lomos de una mula) que se corresponde menos que más con el censo que ordenó Quirino, gobernador de Siria, en nombre del imperio romano. ¿Dudoso? Que fuera invierno, seguro que no: nadie viaja en mula en esa época, ni hay pastores de ovejas durmiendo al raso en estación fría para recibir mensajes celestiales. De lo que no se duda es que hubo recuento en Judea y que se reflejó en estadísticas de la época, aunque difieren en siglos.

Cerrar el año con el desmentido de algunos datos que se ponen en duda con demasiada frecuencia, lo que más bien equivale a prejuicios, y que han sido desenmascarados los últimos días en los medios vegetales por colegas y académicos, merecen seguir la senda del trabajo de Manel Pons.

Primero. La monserga de que España es uno de los países más descentralizados de la OCDE. Carlos Sánchez, en El Confidencial del 7 de diciembre recogió de la última publicación de la OCDE sobre cuáles de sus países miembros tenían cuentas más descentralizadas, un dato tan revelador que se ha ocultado con impudicia: las autonomías españolas ingresan el 13,7% del total de los impuestos pagados en su territorio. Por debajo de lo que sucede, entre otros, en Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Alemania, México, Suiza y EEUU, países que se llaman federales y cuya media de cesión a las regiones es del 17%. Cuando se dice media se incluye que en Canadá es el 40%. Confundir que el Estado central ingresa y el gobierno regional lo gasta es una distorsión que la OCDE ha captado, procesado y convertido en datos. La autonomía también debe ser de ingresos si se habla de descentralizar.

REDISTRIBUCIÓN FISCAL

Segundo. La contabilidad regional que se recoge en las estadísticas del INE. Publicadas el 23 de diciembre, hizo una interpretación inmediata y aprovechable Alejandro Bolaños en El País dos días después. La comparación elegida fue la capacidad del Estado central (el que más capacidad sigue teniendo de reparto, como sentencia la OCDE para hacer que las regiones más necesitadas de ayuda recuperen y estrechen la distancia sobre las más adelantadas.Nada de eso de cumple. Que sean Madrid y Extremadura las que mejor han resistido a la crisis de los últimos años, mientras que la brecha de diferencia autonómica castigue más a Asturias y Cantabria, por la caída de su industria, es otro referente del mal diseño de la política de redistritribución fiscal en España.

Tercero. Recuperemos los orígenes del concepto de balanza fiscal, que es un cálculo del mundo académico y que los políticos han distorsionado hasta avergonzar a quienes trabajan intensamente en estas estimaciones desde la investigación. El catedrático Guillem López-Casasnovas, acostumbrado al reproche, lo advirtió en el diario Ara el dia 18. Tras el triunfo mediático de los negacionistas del déficit fiscal durante las campañas electorales del 27-S y 20-D (Josep Borrell, el más significado), aunque precedidos por la campaña tampoco rigurosa de los detractores del déficit excesivo (Sala Martín, el más conocido), recuperar los criterios del cálculo del déficit fiscal más ortodoxo para no desvirtuar el esfuerzo de establecer criterios objetivos, tampoco será fácil.

Tras 2015 años de Quirino, aún no aprendemos a hacer bien los recuentos.