REPERCUSIONES DEL 'DIESELGATE'

Los coches trucados de Volkswagen también burlan el control de las ITV

Prueba de control de emisiones de un coche de Volkswagen en Estados Unidos.

Prueba de control de emisiones de un coche de Volkswagen en Estados Unidos.

ANTONI FUENTES / BARCELONA

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¿Qué pasa cuando uno de los 683.626 coches del grupo Volkswagen (VW) con motor trucado vendidos en España tiene que pasar la ITV? ¿Y qué ocurre cuando uno de los 50.000 vehículos de la compañía con exceso de CO2 intenta pasar la revisión? Los vehículos afectados por el dieselgate y por la nueva irregularidad de algunos modelos de gasolina son inmunes a los controles de la inspección técnica de vehículos que tienen que pasar obligatoriamente a partir de los cuatro años, al igual que burlaron las pruebas de homologación.

Este diario fue testigo de cómo dos de los vehículos de las marcas VW y Audi incluidos en la lista de los turismos que contaminan más de lo permitido salieron de una línea de inspección de una estación situada en Barcelona con el adhesivo enganchado en el parabrisas que acredita que han superado la ITV y que podrán circular dos años más por las carreteras y las ciudades con los papeles en regla.

LA PRUEBA DE EMISIONES 

Ambos coches estaban incluidos en el listado de turismos reconocido por VW que tienen instalado un programa informático para maquillar las emisiones de gases de sus motores diésel TDI y burlar así las pruebas. Al entrar en la cabina de control de contaminación, el técnico introduce una sonda en el tubo de escape y ordena al conductor que dé un acelerón hasta que el motor llegue a 3.500 revoluciones por minuto durante un instante. En la pantalla aparecen los datos de la lectura, aunque no mide ninguno de los gases contaminantes cuestionados.

En el caso de los vehículos diésel, las pruebas de la ITV miden la opacidad de los gases que expulsa el tubo de escape, es decir, la densidad de partículas de la humareda. Sin embargo, la normativa no prevé la medición de los niveles de óxido de nitrógeno (NOx), cuyo límite es el que las autoridades medioambientales de California descubrieron que VW supera de 10 a 40 veces. Para los coches de gasolina, las ITV detectan las emisiones de monóxido de carbono (CO), pero no las de dióxido de carbono (CO2), el gas que VW ha reconocido que 800.000 de sus coches en todo el mundo también emiten por encima de lo que habían declarado.

Las ITV se defienden asegurando que llevan a cabo los controles previstos en la normativa y que «si los procedimientos, emisiones a controlar y/o valores permitidos, fuesen modificados», los centros de ITV españoles han demostrado que «tienen capacidad técnica suficiente para adecuar sus actuaciones a las nuevas directrices».

Además, la asociación Aeca-ITV recuerda que las empresas que prestan el servicio de inspección son «independientes y no tienen conflictos de intereses» con los fabricantes o los vendedores de vehículos.

Pero la actualización de los controles de gases que se llevan a cabo en las ITV es una asignatura pendiente que choca con un importante problema derivado de los importantes costes que comportaría.

La preparación de las estaciones de inspección para que dispongan de un banco de potencia, la infraestructura para llevar a cabo pruebas más exigentes y pormenorizadas, supondría una inversión media de alrededor de medio millón de euros, según los cálculos de Francesc González Balmas, presidente de la Sociedad de Técnicos de Automoción (STA). El precio de este equipamiento puede oscilar entre un mínimo de 300.000 euros y un máximo de un millón de euros.

REFORMA PENDIENTE DE LA NORMA 

«Todos los departamentos de medio ambiente de los países europeos han intentado modificar la normativa de las ITV pero han chocado con las importantes inversiones a las que obligaría y con la complejidad técnica», explica el presidente de la STA. El tiempo necesario para pasar la ITV, añade González, aumentaría sustancialmente porque el control de gases requeriría alrededor de una hora por vehículo.

En el 2014, el 18% de los 18,6 millones de vehículos que pasaron por los 436 centros de ITV no superaron la revisión a la primera, principalmente por problemas con el alumbrado y la señalización (22,8%) y por defectos en los frenos (15,5%).