MULTINACIONAL EN EXPANSIÓN
Grifols se planta en Dublín
La farmacéutica invierte 88 millones en un centro de operaciones con 140 empleados en Irlanda para su negocio básico El presidente del grupo avanza que habrá más inversiones
La compañía farmacéutica catalana Grifols ha dado un nuevo salto en su proceso de transformación en una multinacional global. La empresa ha trasladado a un polígono industrial de Dublín la sede y el centro de operaciones de su negocio principal de productos derivados del plasma, que representa el 75% de su facturación. Además, en el nuevo hub irlandés se ha centralizado la gestión de toda la tesorería y el área financiera del grupo.
El presidente de la compañía, Víctor Grífols, ha cortado la cinta inaugural del nuevo centro, en el que se podían ver a la entrada las banderas española y catalana, en un acto en el que se volcó el Gobierno irlandés, con la presencia de dos ministros, y el Ejecutivo español, que envió a la ceremonia al embajador y al alto comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros. También asistieron representantes de la Generalitat en Irlanda y Reino Unido.
«Estoy convencido de que este edificio no será el último de Grifols en Dublin», ha asegurado Víctor Grífols, un guante que ha cogido al vuelo el ministro irlandés de Empleo, Richard Bruton, al emplazar al presidente de la compañía a la próxima inauguración.
Las nuevas instalaciones suman una inversión de 88,40 millones de euros para construir unas naves de 22.000 metros cuadrados que estarán operativas a principios del 2016, con una plantilla de 140 empleados, de los que una parte han sido desplazados desde las oficinas centrales de la firma en San Cugat.
En el nuevo centro de Dublín se harán actividades operativas como almacenamiento de plasma y hemoderivados, su etiquetado y acondicionamiento, así como la gestión administrativa, comercial y de investigación y desarrollo, y la «toma de decisiones» de la división de biociencia, la actividad básica de Grifols que en el 2014 supuso unos ingresos 2.513 millones.
Asimismo, la compañía también ha concentrado en Dublín la gestión de la tesorería de todo el grupo para regular los flujos financieros y los préstamos entre sus filiales. El vicepresidente de finanzas de Grifols, Alfredo Arroyo, enmarcó la decisión «en el proceso de transformación de la compañía en una multinacional global» en el que España se ha quedado como «un mercado marginal» con el 5% de la facturación.
Arroyo atribuyó la decisión de centralizar en Dublín el negocio de biociencia a factores como un tipo de impuesto de sociedades del 12,5% frente a la media real del 14% en España. «Montoro puede estar tranquilo porque seguiremos pagando lo mismo en España», ha precisado Arroyo sobre el pago de impuestos en cada país.
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