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Las negociaciones entre la UE y EEUU pueden acelerarse tras el acuerdo del TPP

Eurodiputados contra el TTIP, en junio.

Eurodiputados contra el TTIP, en junio.

SONIA GUTIÉRREZ / BARCELONA

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La Administración de Barack Obama tenía una prioridad en comercio exterior, el Tratado Transpacífico, conocido como TPP, en sus siglas en inglés. Ahora que han finalizado las negociaciones, aunque a este tratado le queda un largo camino (debe ser ratificado por los 12 países del Pacífico que lo integrarían), Estados Unidos puede mirar hacia la otra orilla, la del Atlántico, y dar un acelerón a las negociaciones con la Unión Europea sobre el Tratado Transatlántico sobre comercio e inversión, el TTIP.

Tanto el TPP como el TTIP tienen objetivos similares, rebajar aranceles y armonizar normativas, y despiertan controversias parecidas, ya que sus detractores advierten de que se llevarán por delante los derechos de los consumidores y la soberanía de los estados para beneficiar a las empresas. Sin embargo, el TPP está más avanzado que el TTIP. El nuevo TPP se empezó a negociar formalmente en el 2010, y ya hay un texto final, mientras que el TTIP se lleva discutiendo desde el 2013 y va para largo. Tras 10 rondas de negociaciones, aún hay apartados de complicada solución, como el mecanismo de resolución de conflictos, con tribunales privados de arbitraje ante los que una empresa puede demandar a un Estado.

Bernd Langue, presidente de la comisión de Comercio Internacional y ponente del TTIP en el Parlamento Europeo, dijo ayer que el TPP «despeja el camino» al TTIP. «Ahora es el momento de avanzar con el TTIP», dijo. «Espero que nuestros socios estadounidenses dedicarán plenamente sus esfuerzos para participar en las negociaciones y presentar propuestas ambiciosas e integrales que la UE ha estado esperando». Fuentes del Parlamento Europeo lamentan entre bastidores que EEUU ha demorado los temas espinosos, y esperan más «voluntad política» por su parte en adelante. El Parlamento Europeo no participa en la negociación (que dirigen la Comisión Europea y el Gobierno de EEUU) pero su aprobación final es imprescindible.

El último paso en este largo proceso fue la propuesta que hizo en septiembre la comisaria de Comercio, Cecilia Malström, de un tribunal especial con audiencias públicas como alternativa al arbitraje privado. Esta propuesta se debe someter ahora a consulta del Parlamento Europeo y de los Estados miembros.

Mientras tanto, los activistas contra el TTIP siguen con su lucha. Este martes, entregarán tres millones de firmas ante la Comisión Europea. Y entre el 10 y el 17 de octubre habrá manifestaciones en varias ciudades europeas. Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, considera que la propuesta de Bruselas sobre los tribunales de arbitraje son una «operación de maquillaje» que no resuelve el fondo del conflicto: que la legislación proteja a todos por igual.

Kucharz opina que el TPP no acelerará el TTIP, y pone como ejemplo otro polémico tratado, el CETA, entre la UE y Canadá, cuyas negociaciones finalizaron hace un año, pero que todavía no ha sido ratificado. Los parlamentos de Francia y Holanda advirtieron de que votarían en contra, lo que invalidaría el acuerdo. En este caso, como con el TTIP, los tribunales de arbitraje son el principal escollo.