EMPRESA FRAUDULENTA

La herencia emponzoñada de Ruiz-Mateos

Los seis hijos varones de José María Ruiz-Mateos no podrán disfrutar del legado de su padre por haber participado en la creación de Nueva Rumasa

Madrid 8 José María y Javier Ruiz-Mateos en el 2011.

Madrid 8 José María y Javier Ruiz-Mateos en el 2011.

MARGARITA BATALLAS / MADRID

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Decía William Shakespeare que «la muerte paga todas las deudas», pero mucho han cambiado las cosas desde entonces. Ahora las deudas se pagan incluso después de muerto y los pleitos no terminan con el fallecimiento. Incluso si, como José María Ruiz-Mateos, se opta por montar el último negocio con la sangre de tu sangre. Eso sí, solo con la de los seis hijos varones mientras las otras siete hijas cumplen a la perfección su papel de esposas y madres. La muerte del empresario jerezano no ha puesto fin al calvario de la justicia humana para esta familia. El juez José de La Mata decidió ayer embargar el legado del empresario a sus hijos varones para intentar conocer el destino de los 337,3 millones que captó el grupo Nueva Rumasa a 4.110 inversores entre el 2009 y el 2011.

El BOE publicó el pasado 11 de septiembre, solo cuatro días después del fallecimiento del patriarca, la existencia de un testamento cerrado otorgado por Ruiz-Mateos. Por ello, el juez no ha querido perder el tiempo y ha ordenado al notario que se lo envíe para poder leerlo junto a la secretaria y «averiguar la posible titularidad de alguno o todos los imputados de patrimonio o de otros derechos económicos». De este modo, explica, el juez podrá «conocer el rastro y destino de los fondos captados» y aclarar en la medida de lo posible «la total dinámica» de esta estafa «para proteger a los perjudicados y adoptar las medidas necesarias para asegurar las responsabilidades pecuniarias».

En estos momentos los inversores aún esperan poder recuperar 289 millones que compraron en letras de cambio y pagarés emitidos por 13 sociedades del Grupo Nueva Rumasa, sin saber que todas eran insolventes.

EL MECANISMO

Ruiz-Mateos era un experto en montar complejos entramados empresariales que funcionaban con una caja única común que se financiaba por el conocido sistema piramidal, una estafa en toda regla, que salía a la luz cuando la empresa saltaba por los aires por falta de liquidez. En este procedimiento están imputados los seis hijos de Ruiz-Mateos que debían haber depositado una fianza de 30 millones de euros, pero que en cambio, disfrutan de inmuebles para ocultar «la verdadera o real titularidad».

Por ello, el juez quiere conocer de primera mano los bienes otorgados en herencia para evitar que se puedan incorporar «finalmente al patrimonio» de los imputados. Y es que los seis hijos están acusados de estafa agravada, insolvencia punibleadministración desleal y un delito contra los consumidores. Un mal legado.