El fuego olímpico

Creó la empresa tras conocer la técnica usada en Francia e importarla a Catalunya. Su especialización le ha permitido ganar concursos nacionales e internacionales

La empresa catalana Recam Làser fabrica las antorchas de los Juegos de Río

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ALBERT SEGURA / CALDES DE MONTBUÍ

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Algunas aventuras empresariales acaban en lo más alto, pequeños proyectos cuya andadura las lleva a estar, como se dice en inglés, on fire. Y nunca mejor dicho en el caso de Recam Làser, una empresa de Caldes de Montbui que ha recibido el encargo de fabricar ni más ni menos que las más de 14.000 antorchas que se usarán en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del año que viene.

La empresa nació en 1988 de la mano de Pere Barrios. En aquel entonces trabajaba en una oficina del Banco Popular en Granollers, y cuando hizo las maletas para gozar de las vacaciones de ese verano no se podía ni imaginar que regresaría a casa con algo más que una idea para crear su propia empresa. «Estaba en Sitges de vacaciones y conocí a un señor francés que me explicó que trabajaba con una técnica para cortar metal usando láser», recuerda Barrios. La idea lo encandiló.

Antes de ocupar su puesto en el banco, había trabajado como administrativo en una empresa del sector del metal, y sabía de qué le estaban hablando. Después de ver en persona algunas muestras quedó maravillado por los acabados: «Aquí no se hacía nada parecido», recuerda. Por lo que desarrolló un estudio de mercado que llevó a la práctica como si se tratara del proyecto de final de curso del máster de Márketing que estaba estudiando. El estudio le confirmó que no se hacía nada igual en Catalunya. «Como se dice: en un país de ciegos el tuerto es el rey, y yo me convertí en el que más sabía de láser sobre metal», bromea.

De este modo, se propuso como comercial en Catalunya y compaginó la tarea con su trabajo en el banco, hasta que sumó una cartera suficiente de clientes como para no renovar el contrato con el banco, capitalizar el paro y poner en marcha la empresa. «El primer gran cliente que tuvimos fue Gas Gas -ha durado mientras ha mantenido la actividad-, y ahora ya tenemos más de 7.000 clientes solo en Catalunya», apunta.

El primer paso fue incorporar una máquina, gracias a la confianza de un proveedor y al desembolso de 69 millones de pesetas que les permitió ofrecer corte con láser. A partir de 1998 incorporaron nuevos procesos que les han permitido dominar casi todos los procedimientos de la metalurgia, desde soldar y doblar hasta taladrar o enroscar. «No tenemos producto propio, pero podemos hacer piezas para todo tipo de sectores o empresas», señala, como KTM, Seat, o varias del sector ferroviario.

En esta etapa de crecimiento han creado cinco empresas filiales en América, una de ellas en Brasil. «La presencia allí nos permitió concursar por la fabricación de las antorchas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del 2016, y cuál fue nuestra sorpresa al ganar», apunta el fundador de la compañía.

Con el diseño ya realizado, el encargo exige la fabricación de las 14.680 antorchas que se usaran en el recorrido de la llama desde Atenas hasta Río, así como los diferentes elementos de sujeción para embarcaciones, sillas de ruedas y hasta para el avión que la transportará: «Hemos tenido que crear una silla especial para la llama y todos los sistemas de seguridad que la acompañan», explica Barrios.

El encargo cuenta con un importe de 6,5 millones de dólares y, aparte de pasear la llama del Monte Olimpo por medio mundo, también mostrará la firma de la empresa vallesana, que también se ha encargado de incorporar un sistema de gas para que la llama se mantenga viva y no se apague. «Hemos tenido que someter las antorchas a prueba para soportar vientos de hasta 120 kilómetros por hora, grandes chubascos y hasta altas presiones, por lo que subimos con ella en un globo aerostático, con éxito», relata.

Participación anterior

La empresa ya participó en Barcelona 92 con la creación de los recipientes para el magnesio en las pruebas de gimnasia y las letras del pebetero del estadio olímpico, por lo que su bagaje ya les hace mirar a los Juegos Olímpicos de Tokio del 2020 o los de invierno de Pyongyang del 2018, en los que se plantean participar en los concursos públicos que se lleven a cabo. La firma, que cuenta con 400 empleados, prevé facturar 40 millones de euros este año.