MERCADO LABORAL

El Gobierno bendice el pacto salarial de mínimos

El texto abre la vía al final de la moderación, sin concretar la subida para el 2017

Toxo (izquierda) y Méndez en la manifestaciñon del pasado Primero de Mayo

Toxo (izquierda) y Méndez en la manifestaciñon del pasado Primero de Mayo

MERCEDES JANSA / MADRID

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El pacto salarial de mínimos alcanzado por los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme ha recibido el aplauso generalizado de los partidos políticos que, inmersos en la campaña electoral, lo interpretaron según sus intereses cara a los comicios del día 24. El Gobierno se mostró entusiasmado porque, según Luis de Guindos, «se ajusta» al objetivo de su plan de reformas. Y la oposición confió en que la subida sea mayor en el futuro.

Precisamente los comicios municipales retrasarán la firma, con foto, de los agentes sociales hasta los primeros días de junio, una vez que lo ratifiquen los órganos directos de sindicatos y patronales.

Tras la reunión de ayer entre los  segundos espadas y técnicos, se confirmó la subida del 1% para este año y del 1,5% para el próximo, que apunta al fin de la congelación de las rentas que ha presidido la negociación colectiva en los últimos cinco años. Según un comunicado conjunto, para hacer este cálculo se tiene en cuenta que la suma de ambas subidas «será mayor a la suma de las inflaciones» en ambos ejercicios.

PREVISIÓN PARA EL 2017 / Además prevé que las retribuciones del 2017 se concretarán «cuando se conozca tanto el producto interior bruto (PIB) del 2016 como el cuadro macroeconómico del Gobierno para el  2017». Los agentes sociales aseguran que estas subidas facilitarán la creación de empleo y el mantenimiento del actual.

Con la cláusula de vinculada a la evolución de la inflación, uno de los asuntos más espinosos, las centrales tratan de asegurarse que esta vez no habrá ninguna pérdida de poder adquisitivo en los futuros salarios, ya que para el próximo año los analistas barajan ya el aumento de los precios, impulsados por el del petróleo.

Pasar de una recomendación del 0,6% de subida salarial, como fijaba el acuerdo vigente en los tres últimos años, al 1% mejora la capacidad de compra. A ello contribuye además que el índice de precios de consumo (IPC) siga en negativo. Es difícil que la cláusula de revisión que fijará el nuevo AENC haga saltar las alarmas y dispare los sueldos, un temor que se ha constatado en algunos sectores empresariales. De ahí que se deje abierta la negociación para el 2017.

ANÁLISIS / El acuerdo que ahora se debe redactar y que tendrá al menos  medio centenar de páginas hará un análisis del momento económico y abordará temas vinculados a la negociación colectiva.

Existe coincidencia en que la palanca de la recuperación pasa porque los ciudadanos dispongan de más dinero para el consumo (tesis sindical), pero no tanto como para que las empresas no puedan asumir unos costes que frenen su competitividad (tesis patronal).

Entre los asuntos que recogerá el pacto figuran propuestas sobre formación y cualificación profesional, seguridad y salud en el trabajo, previsión social complementaria, instrumentos de flexibilidad y condiciones de trabajo, clasificación profesional y movilidad funcional, así como negociación de convenios y ultractividad de los mismos.

CRÍTICAS DE AMBAS PARTES / La voluntad de pacto mostrada por Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT), Juan Rosell (CEOE) y Antonio Garamendi (Cepyme) se vio ensombrecida por la contestación de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (Ceaje), que rechazó una subida salarial superior al 0,7%.

Juan Merino, presidente de esta organización, en declaraciones a Servimedia, sostuvo que la subida es «demasiado elevada». «Habría sido mejor un acuerdo condicionado» con una subida salarial «más limitada» y creando una «vía para incentivar nuevas contrataciones», señaló y acusó a los sindicatos de haber olvidado a los desempleados al reclamar incrementos tan elevados.

La Unión Sindical Obrera (USO) no aceptó el principio de acuerdo y lo tachó de «meramente propagandístico e insuficiente» y la CGT lo rechazó de plano.