ENCUENTROS DE ECONOMÍA

Francesc Lluch (Cacaolat): "Podemos empezar a crear ocupación pronto"

Después de tres años de reestructuración, Cacaolat afronta el cuarto ejercicio de su nueva etapa con las cuentas saneadas. Lluch afirma que la marca, tan «querida y valorada», vuelve a ocupar «el lugar que se merece» en Catalunya. El siguiente reto, crecer en el resto de España y el mundo.

Entrevista con el director general de Cacaolat

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OLGA GRAU: ¿Cómo ha cambiado la empresa desde que salió del concurso de acreedores?

 

FRANCESC LLUCH: En grandes líneas, hemos transformado la compañía. En el 2011 compramos una unidad productiva que venía de un periodo de crisis muy profundo y en los últimos tres años nos hemos centrado en sanear, reestructurar la compañía y desarrollarla. Está en el 90% completamente transformada.

ENRIC HERNÀNDEZ: ¿Con qué condiciones se quedaron ustedes la compañía: con deuda cero, plantilla...?

F. LL.: Nos la encontramos en una situación muy complicada porque tiene deudas. La apuesta que hicieron nuestros dos socios, Cobega y Damm, permitió liquidar todas las deudas que tenía la antigua Cacaolat. Afortunadamente, los recursos que se dotaron hicieron que todos los acreedores cobraran.

O. G.: ¿De cuánto fue la inyección?

F. LL.: Hemos invertido en todo el proceso 130 millones de euros y en el concurso la propuesta final fue de 75 millones. Las instalaciones estaban obsoletas. Como decían los técnicos, «esto se aguanta por la pintura». A nivel humano, había un ERE y la mayoría de la plantilla estaba en su casa. La situación  humana, financiera y técnica era extremadamente delicada. Fue de un pelo que aquello no se acabara hundiendo definitivamente.

E. H.: ¿La plantilla se ha mantenido?

F. LL.: La mayoría quiso formar parte de la nueva sociedad, manteniendo las condiciones, que era parte de nuestro compromiso. Ahora somos 200 personas. Ha habido muchos cambios: hemos creado una dirección de operaciones, un área de sistemas, un departamento de márketing, de compras... Eso ha hecho que entraran nuevos profesionales, pero también han salido otros.

E. H.: ¿Hay creación de empleo neta?

 

F. LL.: No, aún no. Pero si el mercado nos sigue dando la confianza que hasta ahora nos ha dado, creemos que podemos empezar a crear ocupación bien pronto. En estos momentos funcionamos a dos turnos, es posible que más adelante comencemos a funcionar con un tercer turno y empecemos a contratar gente.

E. H.: ¿La diferencia entre los 130 millones y los 75 millones que fueron al concurso es la inversión?

 

F. LL.: Sí. Lo más grande ha sido el desarrollo del centro de Santa Coloma de Gramenet. Hemos unificado la vertiente logística, industrial y de staff, en un espacio de unos 51.000 metros cuadrados de los que estamos aprovechando 27.000 metros cuadrados. Al comenzar de cero, nos ha permitido trabajar con la mejor tecnología del mercado.

SALVADOR SABRIÀ: Había una fábrica en Zaragoza, que no funcionó.

F. LL.: La fábrica de Zaragoza estaba orientada a la leche condensada y en brik. Intentamos rentabilizarla. Desgraciadamente, vimos que no se recuperaba a un ritmo que garantizara que pudiera ser rentable. En noviembre del 2013 cerramos la planta, pero no fue una producción que pasamos a Santa Coloma.

O. G.: ¿Cómo ha avanzado la cuota de mercado y la gama de productos?

 

F. LL.: El salto ha sido espectacular. En el 2011 se habían perdido referencias, el minibrik, un producto nuevo de este año, se fabricó durante una época, así como la botella de un litro. En aquel momento la cuota en el resto de España era del 0% y en Catalunya, del 20%. Ahora en el resto de España somos la segunda marca con el 12%, tras Puleva, y en Catalunya lideramos el mercado, con el 57%, y en hostelería es el 93%. Cacaolat en Catalunya es el genérico del mercado, la gente no pide «ponme un batido» sino «ponme un Cacaolat».

E. H.: ¿Y en el conjunto de España la cuota en hostelería es muy alta?

 

F. LL.: Hemos conseguido a finales del 2014 tener distribución en todas las capitales de provincia, incluido las islas Canarias y Baleares. Queda mucho, pero la plataforma más importante ya es un hecho.

S. S.: ¿No hay sinergias con los socios, Damm y Cobega?

 

F. LL.: Los socios quisieron que el modelo fuera independiente de su gestión y así estamos operando.

SONIA GUTIÉRREZ: ¿Cómo se reparten las ventas entre Catalunya, resto de España y otros países?

F. LL.: A nivel comercial, lo primero que habíamos previsto era relanzar Catalunya, y eso lo hemos hecho. La segunda parte del diamante que íbamos puliendo era desarrollar Cacaolat en el resto de España. Cacaolat no había estado presente en esta zona, con alguna excepción en Galicia. Hoy, el 15% de nuestras ventas ya se están haciendo fuera de Catalunya. Y la tercera parte era desarrollarnos internacionalmente, donde todo es muy incipiente. Estamos vendiendo a 17 países de forma estable, que nos dan el 1% de las ventas.

O. G.: ¿Todo desde Catalunya?

F. LL.: Todo el Cacaolat se produce en Santa Coloma, y a todo el mundo vendemos la misma formulación, es el mismo producto. Una cuarta pata de nuestro proyecto es el desarrollo de nuevos productos, para poder cubrir nuevas necesidades en el mercado de los batidos. En el 2014 presentamos el Cacaolat 0% con resultados muy buenos, y este año presentamos el Cacaolat Upp, con cereales, para los niños.

O. G.: ¿Qué otras líneas exploran?

F. LL.: Exploramos varias, básicamente en tres vías: vinculadas al mundo del placer y la salud, a la sostenibilidad (envases) y a poner fácil consumir nuestro producto. Tenemos más proyectos en cola que, si todo va bien, irán saliendo, siempre bajo el paraguas de Cacaolat.

S. G.: ¿Siempre serán batidos?

F. LL.: Podría ser otro tipo de productos alimentarios. Vemos que la marca Cacaolat que puede salir del mundo del batido siempre que cumplamos unos requisitos, porque Cacaolat tiene un ADN que hemos de respetar. Pero la prioridad en este momento es el mundo del batido.

E. H.: Los proveedores de materia prima son los mismos que antes?

F. LL.: En su mayoría sí. Los que nos proporcionan el cacao básicamente son dos empresas que tienen la sede en Catalunya y los que nos proporcionan la leche son ganaderos y cooperativas en su mayoría de Catalunya y Aragón. En el control de la calidad, la proximidad ayuda mucho. Y hemos incorporado gente nueva.

O. G.: Hace poco se descubrió un cártel que pactaba los precios de la leche. Los ganaderos se quejan de la presión de las grandes compañías.

 

F. LL.: Afortunadamente, no tenemos nada que ver con los supuestos acuerdos de precios. Más que el precio nos interesa la calidad. Del coste total del producto, más del 60% es materia prima. Pagamos un plus por algo que esperamos que los consumidores aprecien. Nuestro producto en origen es más caro porque nos marcamos unos estándares de calidad que otros tienen diferentes.

S. S.: ¿Estudian hacer marca blanca?

F. LL.: No, y es una tentación desde una perspectiva industrial. Todos los esfuerzos son alrededor de la marca Cacaolat. Es cierto que continuamente nos llegan propuestas, pero de momento decimos que no.

S. G.: Según un estudio, la marca blanca se estanca porque hay más promociones. ¿Ustedes las hacen?

F. LL.: Intentamos hacer la mínima posible. En batidos, según Nielsen, la marca blanca ha ido en detrimento de la de fabricante, y donde es más evidente es en Catalunya. El relanzamiento de Cacaolat ha ido en detrimento de nuestros competidores y la marca blanca. Estamos por encima de la suma de todas las marcas blancas en Catalunya.

O. G.: ¿Cuál fue la facturación del año pasado? ¿Y la previsión del 2015?

F. LL.: El año pasado estuvimos cerca de los 50 millones de euros, el 27% más. Fue el tercer año de crecimiento de dos dígitos. El beneficio operativo ya está en positivo. El 2015 será positivo a nivel de ebitda y al final de la cuenta, e intentaremos acercarnos a una facturación de 60 millones. El plan estratégico tiene tres pilares, reestructurar, sanear y hacer crecer el negocio. Cubre hasta el 2015, mas adelante tendremos que pintar el futuro. ¿Qué puedo adelantar? Que las dos primeras palancas las hemos conseguido y ahora centramos esfuerzos en el crecimiento y la eficiencia.