ESCÁNDALO 'SWISSLEAKS'

Las vergüenzas del HSBC

El banco británico acusado de ayudar a 106.000 clientes a evadir impuestos confirma que retira la publicidad a los medios «hostiles»

Escándalo 8Stuart Gulliver, ayer en rueda de prensa.

Escándalo 8Stuart Gulliver, ayer en rueda de prensa.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Denuncias en los tribunales, registro policial a la búsqueda de archivos y documentos de la sede del banco en Ginebra. Desde hace dos semanas los escándalos sobre fraude fiscal blanqueo de dinero sacuden al HSBC. Ayer el propio director general de la entidad bancaria británica, Stuart Gulliver, se vio obligado a reconocer la existencia de una cuenta en Suiza a su nombre. Gulliver puntualizó que no ha habido malversación, beneficio fiscal. «Pago mis impuestos británicos sobre el conjunto de mis ingresos mundiales», señaló.

De acuerdo con el diario 'The Guardian', Gulliver posee una cuenta bancaria con 6,7 millones de euros en la filial suiza de HSBC administrada por una compañía panameña. Además y, aunque vive en el Reino Unido, tiene su domicilio fiscal en Hong Kong. De acuerdo con el comunicado emitido por el banco la cuenta suiza fue abierta por Gulliver en 1998, mientras vivía y trabajaba en Hong Kong, donde ha pagado los correspondientes impuestos.

Y si se hizo en nombre de una sociedad panameña, ha explicado el interesado, fue para garantizar la confidencialidad de su remuneración de cara a sus compañeros en Hong Kong o en Suiza.Gulliver es uno de los ejecutivos de la banca mejor pagados de Europa, con una remuneración que el año pasado alcanzó los 7,6 millones de euros.

La revelación de su fortuna en Suiza llega en el peor momento para la credibilidad del HSBC. El banco ha sido acusado de haber ayudado a 106.000 poderosos clientes de 200 países a evadir impuestos, por valor de unos 180.000 millones de euros. Los datos filtrados por el informático Hervé Falciani correspondían a los años 2006 y 2007. En la lista de la filtración, conocida como SwissLeaks hay desde celebridades hasta defraudadores, traficantes de armas y sospechosos de financiar el terrorismo. Las autoridades fiscales helvéticas que investigan el escándalo podrían sentar al banco en el banquillo, si se demuestra que «la institución no tomó las medidas necesarias para impedir las infracciones a la ley». Bélgica también ha amenazado con llevar al HSBC a los tribunales.

En este ambiente vitriólico, la presentación anual de las cuentas del grupo ante la prensa fue ayer un difícil trago para Gulliver, que desde hacia días ha venido haciendo promesas de reforma y saneo. «Las prácticas de nuestra banca privada en el pasado son una fuente de vergüenza y de desgaste para la reputación del HSBC», reconoció. Pero al banco no le gusta que se aireen sus miserias. Gulliver confirmó que la entidad retira la publicidad en los medios de comunicación que le dedican lo que denominó como «una cobertura hostil». La pasada semana un editorialista del 'Daily Telegraph' dimitió, tras acusar ala dirección del diario de censurar las informaciones del HSBC para no perder sus anuncios.

En cuanto a los resultados del año pasado, el HSBC obtuvo un beneficio neto atribuido de 12.007 millones de euros al cierre del ejercicio 2014, un 15,5% menos con respecto al año anterior. La cifra de negocio del banco se recortó en un 5,2%, quedando en 53.726 millones de euros. Los ingresos por intereses se redujeron en un 0,4% situándose en 44.967 millones de euros.